Es la acción de crear bocetos, o dar efecto de abocetado, que consiste en generar unas manchas con colores muy planos y pinceladas sueltas.
Para distinguir el estilo impresionista en una pintura
En este caso las pinceladas tienen que ser cortar, vibrantes y sobre todo yuxtapuestas, con la finalidad de que el pintor tenga la posibilidad de capturar la magia del momento. Los trazos ya no son sutiles y dan la impresión de ser abocetados. Algunas pinturas exponen zonas del lienzo a la vista. Algunos críticos estiman al estilo de Vincent Van Gogh como un tipo de abocetamiento con pinceladas bien pastosas.
Para captar el instante en una pintura
Se le denomina estilo realista. El artista debe pintar todo lo que captan sus ojos. Lo que se traduce en que, al contrario de plasmar la realidad de un modo invariable, los artistas del impresionismo la toman como un devenir, haciendo un esfuerzo por captar la fugacidad del momento. También se puede diluir el óleo al punto en que en que sea tan fluido como una acuarela. Esa velocidad le da un toque a la pintura de inconcreción, que genera una reacción en el espectador de alejarse o acercarse para apreciar y en cada persona es distinta la percepción.
Para pintar paisajismos
La técnica del abocetamiento con pinceladas falaces y distanciadas, es ideal para poder plasmar la inmediatez del panorama, en un momento específico. A veces hasta ni la línea que suele delimitar las formas, dejando a la vista del espectador reunir los elementos y hacerlos reconocibles según sus referentes. Es una técnica que sirve para crear ese aspecto de inacabado y generar una sensación de velocidad en el pintor, de instantaneidad, de percepción detallada de un segundo que en un abrir y cerrar de ojos ya se cambia todo.