Se trató de un imperio al sudoeste asiático. Su lengua también se denomina así, al igual que el gentilicio.
Para estudiar datos importantes de la antigüedad
La lengua del acadio es de tipo semítico y en el presente se considera como una lengua muerta. Se habló en la antigua Mesopotamia, por los milenarios babilonios y asirios, exactamente 2.000 años antes de Cristo. Su escritura se basa en un sistema cuneiforme heredado del sumerio. El lenguaje asirio y también el babilonio, se estiman como formas tardías del acadio, que se utilizaron en dichos reinos.
Para estudiar su gramática
Al igual que las demás lenguas semitas, la flexión de temas es común también en el acadio. El tema de un término, mismo que posee la acepción esencial, se halla integrado por tres consonantes casi siempre, que se denominan como radicales. Las transcripciones halladas evidencian que las radicales eran escritas con letras mayúsculas. En torno de estas consonantes temáticas gira el acadio, empleando distintos prefijos, infijos y sufijos, cuyo objetivo es la formación lexical y distintas funciones gramaticales.
Como referente de grandes obras de arte y arquitectónicas
En el periodo en que reinaba el imperio acadio, por los territorios de la cuenca del Tigris y del Éufrates, Siria, Elam, Líbano y la costa mediterránea, se continuaban con las costumbres sumerias como por ejemplo la de erigir enormes monumentos conmemorativos escritos en sitios específicos de las grandes ciudades. Con estas imponentes estelas y obras se pretendía exaltar el poder del imperio y además, se hacía una publicidad eficaz a sus logros militares. En el arte acadio, se resalta una figura central que cuenta con mucho más tamaño que el resto de la composición, nutridas por dramáticas escenas, como el caso de la estela del monarca Naram-Sin, quien fue coronado con un casco con enormes cuernos que simbolizan su naturaleza divina.