Diferentes significados puede atribuirse a este término, desde la acción propia de acolchar algo con algún material blando, a un conjunto de especie de cobijas en la cama, o una labor relacionada con la agricultura, entre otros.
Para los cultivos
El acolchado consiste en una labor complementaria al cultivo, que vela por proteger los terrenos ante la acción de la evaporación en exceso y las plantas competidoras, sin llegar al laboreo exhaustivo.
Como el acolchado de piedras
Los expertos en agronomía recomiendan este tipo de acolchado para las zonas áridas y ventosas. Se procede cubriendo la zona que bordea los árboles con un empedrado, de modo que proteja contra la acción de la devastadora insolación, así como que retenga la humedad nocturna y brinde suficiente sombra para que se desarrollen los microorganismos de la tierra.
Como un acolchado de papel
Es otra forma de acolchado para cultivo, que protege el compost al lado de los árboles frutales y arbustos. Es una alternativa que cuida el medio ambiente, a diferencia de realizar el mismo acolchado pero de plástico.
Como un acolchado de cama
Se suele confundir con los edredones, pero estos últimos son más gruesos y son sólo una cobija más, pero el acolchado se emplea en conjunto con el juego de cama. Así como en los edredones, se encuentra en el mercado distintas clases de acolchado. Desde los más gruesos, a los más finos y rellenados con elementos naturales como plumas, aunque también los hay sintéticos. El acolchado está diseñado como ropa de abrigo para la cama.
Para mejor comodidad
Definitivamente no hay nada como una silla acolchada, puesto que aquellas que son duras, sin ningún cojín, tiende a hacer presión contra el cuerpo y causar molestias. Por el contrario, con buenos cojines acolchados, es posible permanecer sentado durante más tiempo y de manera más agradable.