Es la condición física de algo que tiene forma de cono, pero similar a la de una bocina telefónica. O es algún objeto que puede ensancharse y contraerse de modo progresivo. Se entiende otro significado en el español que alude a un caballo que va cabizbajo y con su cuerpo inclinado hacia adelante.
Se usa como estilo arquitectónico
Este término es usado dentro de la jerga arquitectónica, refiriéndose a la posición de las paredes laterales, que no son paralelas, a momento de ensancharse o contraerse sucesivamente. Se habla del abocinado de un orificio o vano en un muro, que son puertas, ventanas y demás. Específicamente, el abocinado es una técnica de modificar una portada o lo que es igual a ensanchar una puerta o ventana del lado externo del muro, pero con forma de bocina.
Para lograr más luminosidad en el interior de una edificación
Gracias al abocinado, se obtiene que el vano se agrande. De este modo, con dicha configuración se puede impresionar a los visitantes que ingresan. Esta modalidad estructural beneficia la entrada de luz al interior de la edificación. Por ejemplo, en el caso de la catedral gótica, la abundante luminosidad adentro, es un símbolo de que se trata de un sitio sacro.
Para indicar el mal estado de la carga de un animal
Se entiende por un caballo abocinado, por un animal que lleva la cabeza abajo y su postura refleja decaimiento sobre la zona delantera. Pero la razón específica de esta condición es psicológica y tiene que ver con la depresión.
Para dar profundidad a los arcos de las fachadas
El arco abocinado es el más ancho en la parte exterior del arco, pero con el efecto de disminución gradual a medida en que se aproxima hacia el interior del arco. Hay dos formas frecuentes de usar el arco abocinado: o apuntado o redondo.