Es un adjetivo que describe que algo tiene una apariencia similar a la de una bóveda en cuanto forma. O del mismo modo, se refiere a que algo se halla cubierto por una bóveda.
Para elementos arquitectónicos de gran tamaño
En la arquitectura, emplear sistemas abovedados es ideal para salvar un espacio relativamente amplio, gracias a que su base en el arco compuesto por dovelas o varias piedras labradas con un modo acuñado, casi siempre en un orden impar, dando como resultado el origen de empujes laterales y aparte causa una desviación en la carga vertical que sirve como soporte hacia los puntos de apoyo del arco.
Para abarcar grandes espacios sin apoyos
El método del arco surgió gracias a la arquitectura abovedada. Este sistema curvado ayuda a ganar más espacio sin algún apoyo intermedio y permite redirigir el peso de masas de piedra significativas por un recorrido curvo hacia los muros y contrafuertes. Las edificaciones son sustentadas en un gran porcentaje por los pilares o muros que les sostienen con una fuerte estructura externa.
Para techos
Por lo general, el techo de una edificación suele estar constituido por elementos rectos, mismos que ameritan emplear el apoyo de vigas o algún o varios elementos curvos y en ese caso se trataría de un techo abovedado. En la arquitectura cuando se habla de una bóveda se entiende como una obra con forma arqueada, que sirve para delimitar un espacio que abarca entre una pared y otra o soportes, generando una cubierta o un techo. Puede ser de distintas maneras como esférica o cilíndrica, etc.
Para ahorrar materiales de construcción
En el Cercano Oriente es muy conocido el sistema abovedado con ladrillos. En esta región del planeta casi no se encuentra piedra y hay escases en bosques, así que sus habitantes se vieron obligados a inventarse métodos alternativos. En el caso de Roma, por ejemplo, prefirieron el sistema abovedado de los etruscos, provenientes del oriente.