El Pensante

Para qué sirve ser adopcionista

Usos - marzo 25, 2023

¿Qué es el adopcionismo?

El adopcionismo es una herejía cristiana que surgió en el siglo VIII y que sostiene que Jesucristo no es un ser divino por naturaleza, sino que fue adoptado por Dios como Hijo. Esta doctrina fue considerada herética por la Iglesia Católica y por otras denominaciones cristianas, ya que va en contra de la doctrina de la Trinidad y de la divinidad de Cristo.

¿Para qué sirve ser adopcionista?

A pesar de que el adopcionismo es una herejía, existen personas que se consideran adopcionistas y que defienden esta doctrina. En este sentido, podemos decir que ser adopcionista no sirve para nada en términos teológicos, ya que va en contra de la doctrina de la Iglesia. Sin embargo, algunas personas pueden encontrar valor en el adopcionismo por otras razones:

1. Perspectiva histórica

En el contexto histórico en el que surgió el adopcionismo, la Iglesia Católica estaba experimentando una serie de tensiones y disputas teológicas. El adopcionismo fue una de las herejías que surgieron en ese contexto y que desafiaron la autoridad de la Iglesia. Algunas personas pueden encontrar interés en estudiar el adopcionismo desde una perspectiva histórica y entender cómo surgió y por qué fue considerado herético.

2. Pluralismo religioso

Vivimos en un mundo cada vez más pluralista en términos religiosos, donde coexisten diversas creencias y prácticas. En este sentido, ser adopcionista puede representar una forma de expresión religiosa que se diferencia de la mayoría de las corrientes cristianas, pero que es igual de respetable. Si bien el adopcionismo no es una doctrina aceptada por la Iglesia Católica o por otras denominaciones cristianas, las personas que se consideran adopcionistas pueden encontrar valor en su creencia y en su relación personal con Dios.

Adopcionismo en medio de polémica

En el mundo religioso, el adopcionismo ha sido objeto de polémica desde su surgimiento en el siglo VIII. Aunque ha sido considerado como una herejía por la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas, hay quienes han defendido esta doctrina a lo largo de la historia.

En el siglo IX, el adopcionismo resurgió en la región de Al-Ándalus, en la península ibérica, con el obispo Elipando de Toledo. Él defendía que Cristo era un ser humano que había sido elevado a la divinidad por Dios. Sin embargo, esta postura fue rechazada por el Papa y por otros obispos, lo que llevó a una larga controversia teológica.

En el siglo XIX, el adopcionismo volvió a ser objeto de debate cuando algunos teólogos católicos como Johann Adam Möhler y Matthias Joseph Scheeben propusieron una forma de adopcionismo que buscaba reconciliar la doctrina de la Trinidad con la idea de que Cristo fue adoptado por Dios como Hijo.

Sin embargo, estas propuestas no fueron aceptadas por la Iglesia Católica y la postura oficial sigue siendo que Cristo es Dios hecho hombre, sin que su divinidad sea el resultado de una adopción divina.

En el contexto actual, el adopcionismo sigue siendo una postura minoritaria en el mundo cristiano, aunque hay quienes lo defienden como una forma legítima de expresión religiosa. En algunos casos, esta postura se asocia con movimientos de renovación y reforma dentro de la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas, que buscan reinterpretar la doctrina cristiana desde una perspectiva más inclusiva y menos dogmática.

Sin embargo, el adopcionismo sigue siendo considerado una herejía por la mayoría de los cristianos y no tiene valor teológico en términos de la doctrina oficial de la Iglesia. En última instancia, la creencia religiosa es una cuestión personal y cada persona es libre de creer en lo que considere más adecuado para su relación con Dios, siempre y cuando no promueva la violencia o el odio hacia otros.

Conclusión

En conclusión, el adopcionismo es una herejía cristiana que sostiene que Jesucristo no es divino por naturaleza, sino que fue adoptado por Dios como Hijo. Esta doctrina fue considerada herética por la Iglesia Católica y por otras denominaciones cristianas, ya que va en contra de la doctrina de la Trinidad y de la divinidad de Cristo.

Aunque no tiene valor teológico, algunas personas pueden encontrar interés en el adopcionismo desde una perspectiva histórica o como forma de expresión religiosa en un contexto pluralista. En última instancia, la creencia religiosa es una cuestión personal y cada persona es libre de creer en lo que considere más adecuado para su relación con Dios. Es importante recordar que la diversidad de creencias y prácticas religiosas es una realidad en nuestra sociedad y que todas las personas deben ser respetadas en sus creencias, siempre y cuando no promuevan la violencia o el odio.