Las palabras agudas son aquellas que tienen el acento en la última sílaba. Algunas se tildan y otras no. Eso depende si culminan con una vocal o con las consonantes ‘n’ o ‘s’.
Las palabras agudas suenan con más intensidad y nos pueden servir para ser concisos. Pero también tienen usos sobre todo en la neurolingüística, puesto que una palabra contundente y corta, tiene gran poder para auto programar la psique.
En la hipnosis es muy similar. Se utilizan aplausos de un solo golpe, como una palabra de un solo golpe. Así se puede dar órdenes como: sal, fuera, sí, no, ten, etc.
Por ejemplo: Sartén, televisión, Andrés, salón, marqués, corazón, pasión, salté, jugué, soñé, reí, comí, etc.
En la poesía, las palabra agudas nos sirven demasiado para las rimas. Por ejemplo todas las terminadas en on, como canción, pasión, corazón, sanación, liberación. Un ejemplo sería: “cada vez que tocas tu canción, mi alma se sobresalta y grita mi corazón”. En este caso observamos claramente uno de los usos prácticos de las palabras agudas.
Otros ejemplos:
“grito al cielo con clamor,
porque esta pena no quiero sentir más ya.
Nunca imaginé pasar por tan cruel sentimiento, que me dejó las llagas de tu amor”
En las canciones sucede lo mismo: “y soñé, y jugué a que el mundo está al revés. Yu soñé y jugué a que lo hacía otra vez.”
La cantidad de palabras agudas (oxítonas) en el lenguaje español castellano es mucho menor que al de las palabras graves (paroxítonas), pero superior al de las esdrújulas (proparoxítonas) y sobreesdrújulas (súper proparoxítona). Las graves son la mayor parte de las palabras.
Por lo general, las palabras que culminan en consonante, a diferencia de ‘n’ y ‘s’, son agudas. En tal efecto, las palabras agudas que terminan en vocal llevan acento ortográfico, o del mismo modo en consonantes ‘n’ o ‘s’ precedidas por una vocal. Por ejemplo: canción, serás, atrás, etc.