El Pensante

Poema corto de amor

Literatura - diciembre 21, 2016

Quizás uno de los géneros preferidos de los románticos y enamorados sea la Poesía, puesto que el uso del lenguaje que se da dentro de este tipo de escritos, así como el uso constante de imágenes y metáforas, se convierten en el terreno fértil idóneo para que estos amantes apasionados den rienda suelta a la expresión de sus emociones.

¿Poemas cortos o largos?

Sin embargo, dentro de las discusiones en torno a cuáles pueden ser los mejores versos para expresar el amor de un enamorado al objeto de sus sueños, surge siempre la diatriba entre poemas cortos o largos. En este sentido, se puede ver cómo los enamorados que se atreven a tomar una pluma e invocar a la Poesía para expresar su amor, tienden a extenderse, pues el torrente de su pasión los llena de palabras con las cuales plasmar sus emociones. No obstante, los expertos en Poesía siempre han afirmado que entre más concisa y directa, la Poesía se acerca a la pureza. De esta forma, aunque la tendencia sea escribir numerosos versos en donde expresar el amor hacia el ser amado, los Poetas consagrados han señalado por generaciones que la Poesía verdadera debe caminar hacia la sencillez, afirmación que ha hecho que el Poema de Amor corto prevalezca sobre los versos de gran extensión.

Mejores Poemas cortos de Amor

En este sentido, son varios los ejemplos de los Poetas reconocidos, y de gran experiencia, que han plasmado su amor y sus emociones en no más de seis u ocho versos, legándole al mundo piezas maestras de la Poesía romántica. A continuación, algunos de los más célebres poemas cortos de Amor:

Gustavo Adolfo Bécquer

Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.

Este poema de Bécquer, titulado Amor Eterno, constituye un poema corto, compuesto apenas por dos estrofas y ocho versos, en donde le Poeta con gran belleza, promete al centro de su amor, profesarle amor hasta más allá de su muerte, pues de acuerdo a lo que expresa, aun cuando su cuerpo es mortal, su amor no lo es, y puede contra la muerte, pues es eterno.

Dulce María Loynaz

Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca, Y gris, verde, y rubia,
y morena…

Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!…

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!

Sin embargo, dentro de los Poemas de Amor no siempre se encuentran promesas de amor y declaraciones apasionadas, a veces también se encuentran peticiones, como es el caso de estos versos de la poeta cubana Dulce María Loynaz, en donde la autora insta a su amante a que la quiera tal cual es ella, con sus cambios y particularidades, y no como su ideal le dicta. De esta forma Loynaz evoca el amor sincero que se enamora de la realidad de la persona, y no de las pretensiones particulares.

Rubén Darío

Mía: así te llamas.
¿Qué más armonía?
Mía: la luz del día;
Mía: rosas, llamas.

¡Qué aromas derramas
en el alma mía
si sé que me amas,
¡Oh Mía!, ¡Oh Mía!

Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.

Yo, triste; tú triste…
¿No has de ser, entonces,
Mía hasta la muerte?

Otros de los grandes exponentes de la Poesía romántica de Hispanoamérica es el poeta Rubén Darío, quien es el autor de este Poema, titulado Mía, donde en pocos y concisos versos se puede ver cómo el Poeta declara su amor, al tiempo en que cuenta cómo éste se ha consumado, uniendo a los amantes en un lazo, que los unirá hasta la muerte. Así mismo, la composición de estos versos sirve al Poeta para promulgar la promesa de su amor.

Garcilaso de la Vega

Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.

Cuando tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

Finalmente, otro de los más célebres versos de amor de todos los tiempos, lo constituye el  verso V del escritor Garcilazo de la Vega, texto que también constituye un buen ejemplo de Poema corto de Amor, en donde el Poeta declara la total pertenencia a su amada y al amor que profesa por ella, el cual siente e identifica como un hábito natural de su propia alma. A pesar de ser un poco más extenso, sigue siendo un poema corto, al no superar las cuatro estrofas, además de ser considerado un Soneto.

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