El Pensante

Poema para una persona recién fallecida

Frases - enero 3, 2016

La tragedia de la muerte

La muerte es uno de los episodios más definitivos e inexorables en la vida de una persona. Es el fin definitivo de algo, pero también el comienzo, la liberación. Y muchas de las veces no encontramos las palabras adecuadas para un episodio de esta magnitud. Y la verdad es que las palabras sobras, es difícil encontrarlas.

Palabras para una persona recién fallecida

Imagen 1. Poema para una persona recién fallecida

Unas cortas y sencillas reflexiones y palabras de despedida para esa persona que fallece, sin la pretensión de un discruso, sino a manera de unos sencillos pensamientos.

Frases sobre la muerte

La muerte hace parte de la vida, y no es posible morir sin permanecer, sin quedar en la memoria.

Morir es sólo ausentarse por un momento, irse de viaje a un lugar sereno para luego regresar.

La muerte, en cierto modo, es nuestro verdadero destino; nuestro destino ineludible.

La muerte en sí misma no existe. Es sólo que abandonamos el cuerpo y nos hacemos invisibles.

Sólo cuando morimos es cuando comenzamos a ser más recordados.

La muerte es el comienzo de la vida, de una vida legítima, de una vida sin las ataduras del mundo, sin los deseos ni las vanidades del mundo.

Poema para una persona fallecida

No podrás morir

Ni en el fuego, ni en el aire ni en la tierra
No podrás morir.
Debajo del agua no podrás morir.
En el corazón no podrás morir.
En el pensamiento no podrás morir.

Hay frente a mí un ataúd
—estoy viéndolo—,
con mis ojos de perro herido,
con sangre marchita en las venas.
Hay un hombre que más que hombre
fue lo hueco de la flauta,
la oquedad del posillo,
la totalidad completa de un número,
anónimo y lejano.
Hay frente a mí una caja destinada al tiempo,
a deshacerse,
corroída como un hueso.
Hay un cuerpo más pálido que el abandono,
con sabor a peras desangradas,
su sabor es a tierra honda.
Esto es como si me violaran el alma,
como si me desnudaran los ojos
y les pusieran fuego en las pupilas.
Oh, raíz ácida;
hay frente a mí un cuerpo inresucitable
y unas manos inmóviles,
lívida o pálida,
una boca que aún se despide.

Desgarrador este último poema, inclusive con un lenguaje agresivo pero ¿que no es la muerte algo agreviso? Y aún así sobran las palabras, por eso más que pensar en palabras para la muerte es mejor dar lo mejor de nosotros en vida a esa persona que queremos, decirle lo importante que son en nuestra vida, antes que debamos buscarlas para la muerte.

Imagen: actualidad.rt.com