La droga contra la toxoplasmosis
Hacia finales de los 1950’s se desarrolló una nueva medicina (de nombre comercial Daraprim y conocida en el campo como Pirimetamina) que pronto probó ser muy eficiente en el control de las infecciones por protozoarios. En la actualidad es un renglón importantísimo en la lucha contra varias enfermedades y, en particular, contra la toxoplasmosis, que como vimos en un artículo anterior puede modificar el comportamiento de ratas y ratones y tener efectos bastante serios en el cerebro humano.
El medicamento es hoy fundamental por ser prácticamente la única cura eficiente de la enfermedad, que aunque normalmente no es grave puede resultar mortal en personas con inmunodeficiencia, afectar al feto de una mujer embarazada y agravarse ocasionalmente en personas que parecen saludables.
La droga fue producida desde 1962 por la farmacéutica GlaxoSmithKline, pero fue adquirida este año por Turing Pharmaceuticals cuyo CEO anunció de manera casi inmediata que los precios iban a subir.
La polémica decisión de Turing Pharmaceuticals
Martin Shrikeli, CEO de la joven empresa, se ha convertido pronto en el hombre más odiado de los Estados Unidos al anunciar que el costo de la medicina aumentaría en más de un 5.000%, pasando una pastilla de costar 13,5 dólares (18, según la empresa) a valer 750. Se trata de un aumento inusitado que resulta a todas luces escandaloso y ha indignado a prácticamente todos los sectores de los Estados Unidos.
En defensa de Shrikeli hay que admitir que dijo que “daría la droga gratuitamente a quienes no pudieran pagar por ella”, aunque nunca explicó cómo lo haría y muchos consideran que sencillamente intentaba sacarse el peso de sus declaraciones de encima. En cualquier caso la polémica llegó hasta las campañas presidenciales para las próximas elecciones en las que la candidata Hillary Clinton ha dejado claro que no tolerará este tipo de abusos:
“El aumento de precios, y especialmente en el mercado farmacéutico, es algo indignante. Mañana comenzaré a elaborar un plan para regularlo”.
Por su parte las autoridades pronto anunciaron que pedirían cuentas de ingresos y gastos a la empresa para ver si el aumento en el precio estaba justificado.
La defensa de Shrikeli
En una serie de declaraciones que no pueden calificarse sino de cínicas Shrikeli afirmó que “no había nada de avaricia en el incremento de precios” y que esto se iba a destinar a la investigación para crear una droga nueva, más eficiente. De acuerdo con Shrileki durante más de 40 años no se ha avanzado prácticamente nada en la creación de una mejor cura para la enfermedad y es fundamental encontrarla.
Sin embargo pocos han aceptado esta postura y la mayor parte de las personas sigue pidiendo indignada que la empresa baje el valor de su producto… más cuando se sabe que el costo de producción de una pastilla apenas si supera $1. Aunque Shrikeli asegura que el costo de distribución y mercadeo aumenta mucho este valor, el hecho de que se vendiera a $13.50 nos indica que el costo de producción tiene que estar muy por debajo de los $10.
El pasado 23 de septiembre, ante el criticismo público y la indignación de prácticamente todo el continente el CEO anunció que los costos se van a bajar… aunque no especificó cuánto. Esperemos que este nuevo episodio criticable en una farmacéutica no lleve a la enfermedad (quizás incluso muerte) o a la ruina innecesaria de millones de personas.
Fuente de imágenes: 1: i.dailymail.co.uk, 2: blogs-images.forbes.com