Uno de los demonios más poderosos del infierno, según varias culturas, especialmente la sabiduría hebrea, es Moloch, un ser siniestro del cual hablaron los fenicios, los canaanistas, los caldeos, los sirios, los cartagineses, los griegos, los romanos y otros pueblos de antaño. Era considerado como el dios Saturno en inmediaciones del Mediterráneo.
Ahora, actualmente ha sorprendido al mundo de nuevo, puesto que nada más ni nada menos que el mismísimo Papa Francisco, ha autorizado que la estatua de éste que su misma iglesia pregona como demonio, ahora sea expuesta en varios puntos relevantes de Roma. Veamos a continuación, todos los detalles Moloch y su relación con la iglesia de Pedro.
Orígenes y sacrificios
Por lo común, Moloch ha sido simbolizado con un cuerpo parecido al de los humanos, pero con cabeza de carnero, portando una corona y un báculo, gobernando desde un trono. Esta deidad antigua exigía a sus devotos, que le sacrificaran recién nacidos, porque según dichos pueblos, estos inocentes seres estaban más impregnados de una energía especial.
En los lugares de adoración a Moloch, era normal ver una gigantesca estatua de bronce, en honor al demonio. Pero esta escultura debía tener ciertas peculiaridades, como que debía estar hueca y con la boca abierta, al igual que los brazos en posición extendida haca arriba, con las manos juntas, como dispuesto para recibir sus pagos a modo de sacrificio, que era un bebé que bajaba hasta un horno ardiente que se halla en el interior de la estatua.
Varios filósofos se refirieron al demonio Moloch en sus diferentes libros y escritos. Veamos:
Plutarco relata en sus escritos intitulados “De Supersticiones”:
“Antes de que la estatua fuese llenada se inundaba la zona con un fuerte ruido de flautas y tambores, de modo que los gritos y lamentos no alcanzaban los oídos de la multitud”.
Diodoro Sículo aseveró puntualmente:
“Había en la ciudad una imagen de bronce de Cronos con las manos extendidas, las palmas hacia arriba y cada niño que era colocado en ellas era subido y caía por la boca abierta dentro del fuego.”
Por su parte, el gran filósofo Teodoro, cuenta en sus relatos que los familiares de las víctimas inmoladas, no podían llorar porque estaba estrictamente prohibido por efectos del ritual maligno. La misma gente entregaba a sus hijos recién nacidos para satisfacer la sed devoradora de Moloch.
Son numerosas las fuentes antiguas que se pueden citar. Por ejemplo, no podríamos dejar de lado a Clitarco, que un resaltado comentario sobre la obra de la República del gran Platón, señaló puntualmente:
“Al ver venir al Sumo Sacerdote de Moloch vestido de túnica púrpura, color de pureza, le pregunté cuál es el origen del culto. Me contestó que en los tiempos primordiales hubo una gran catástrofe y hoy en día, si no fuera por los sacrificios para fertilizar la tierra, serían piedras lo que se encontrase en ella.
Entonces, en medio de una plataforma había una estatua de Cronos, con las manos extendidas sobre un brasero de bronce, las llamas que engullen a los niños. Cuando las llamas alcanzan el cuerpo, sus miembros se contraen y la boca abierta casi parece reír, hasta que el cuerpo contraído se desliza resbalando al fondo del brasero. Así es que esta mueca se conoce como risa sardónica, puesto que ríen al morir.”
Y si damos un vistazo a la Biblia, podremos notar que Moloch fugura en el Primer Libro de los Reyes, Capítulo 11.7:
“Entonces Salomón hizo construir un gran edificio para Quemos, la abominación de Moab, en la montaña que hay frente a Jerusalén, y Milkom, la abominación de los hijos de Ammon”.
En el libro del Levítico, también es mencionado varias veces. Tal es el caso del capítulo 18.21, que literalmente dice:
“Y no entregarás a nadie de tu descendencia a Moloch, ni profanarás el nombre de tu Dios: yo soy Jehová.”
La estatua ahora ha sido expuesta por autorización del Papa Francisco
El mundo se sorprendió en el año 2019, cuando el mismísimo Sumo Pontífice, dio su aval para que en pleno coliseo romano se exhibiera la estatua de Moloch Baal, con motivo del evento denominado Sínodo del Amazonas, dedicando una exposición especial que se intituló: “Carthago: el mito inmortal”.
Esto causó gran perturbación dentro de la comunidad católica y cristiana, puesto que el Coliseo es uno de los tantos anfiteatros donde miles de cristianos perdieron la vida de la mano brutal de los emperadores romanos para entretener a las multitudes. Buena parte de los fieles que conocen la existencia de Moloch, ven dicha estatua ubicada en ese punto tan importante en la cultura cristiana, como si fuese una burla.
Imagen: wikipedia.org