Un Buda que no acepta su propia divinidad
Denominarlo “el pequeño Buda” no tiene tanto sentido porque él jamás ha reclamado ser la reencarnación de este personaje. Fiel a sus creencias ascéticas, Ram Badahur Bomjon (quien nació en Nepal con el nombre Palden Dorje) no reclama ningún tipo de gloria para sí, sino que sencillamente dedica su vida a enseñar y meditar.
La historia de Bomjon es un tanto desconocida. Nacido de una humilde familia de la comunidad nepalí de los Tamang, fue educado en el budismo desde una edad temprana. Saltó al estrellato el 16 de mayo del año 2005 cuando apareció meditando en la base de un árbol en donde permaneció por casi doce meses. Su actuación atrajo a centenares de peregrinos y a decenas de medios a lo largo del mundo; según sus seguidores nadie, a lo largo de este periodo, lo vio levantarse de su postura para buscar agua o alimento.
No existen testigos que afirmen haberlo visto levantarse y una cámara ubicada por una comisión del gobierno nepalí indicó que al menos por 3 días seguidos no se movió del lugar en que se encontraba. Así mismo, incluso bajo la suposición de que el joven hubiera comido o tomado algo, se mantuvo inmóvil por meses, en la misma posición, algo remarcable de por sí y, a juicio de muchos de sus seguidores, más importante que la capacidad de sobrevivir sin comer.
Bomjon abandonó su lugar de meditación 10 meses después de haberla comenzado: el 13 de marzo del año 2006. De acuerdo con sus declaraciones, lo hizo porque ya no encontraba “paz” en este lugar. Algunos peregrinos lo encontraron después meditando en medio de la selva, lejos de cualquier lugar habitado, donde no había nadie que le pudiera llevar alimentos.
El joven que se pierde en la selva para meditar
Frente a los clamores de que se trata de la reencarnación de Buda, el mismo Bomjon ha respondido que no es así: en una entrevista que ofreció en el año 2005 afirmó que aún le faltaban varios años para llegar a la iluminación y que se consideraba al nivel de “Rinpoche” (una joya preciosa), un título honorífico del budismo tibetano que significa maestro y adepto simultáneamente. Así mismo, muchos seguidores del budismo afirman que el Buda ya no puede reencarnar, pues alcanzó la iluminación. Sin embargo, en esta religión cualquiera que se vuelva iluminado se considera como un Buda.
El 25 de diciembre de 2006 algunos aldeanos lo encontraron en la selva, en su meditación, mientras cargaba una espada para protección personal. De acuerdo con los aldeanos, refirió que no le molestaba que lo visitaran siempre y cuando fueran respetuosos y se mantuvieran a una distancia decente. También aceptó que se recibieran donaciones en su nombre, siempre y cuando “no fueran abusadas” ni “se hicieran con fines comerciales. 10 meses después, el 2 de agosto de 2007, se reunió frente a una multitud de más de 3 mil personas en la selva de Halkhoriya y les predicó por varias horas, enfatizando en la espiritualidad como la única manera de salvar a Nepal. Tras esto, volvió a internarse en la jungla.
Es prácticamente nada lo que se sabe de Bonjom desde esta última aparición. En 2010 habría tenido una pequeña pelea con unos turistas que no dejaban de importunarlo, noticia que le habría dado la vuelta al país. A partir de este momento, y hasta el presente, Bonjom no ha vuelto a aparecer en los medios y seguramente sigue meditando en algún lejano rincón de las montañas nepalíes esperando alcanzar la iluminación. O quizás, ayudando a los más necesitados con el terremoto que ocurrió en ese país hace algunas semanas.
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