En el ámbito de las obras políticas más importantes del mundo occidental, se conoce con el nombre de El contrato social: o los principios del derecho político (Principes du droit politique, en su título original en francés) a una obra escrita por Jean-Jacques Rousseu, la cual se publicó por primera vez en el año 1762, gracias al trabajo de la casa Marc-Michael Rey.
Importancia de la obra
En líneas generales, El contrato social –forma corta del título por la que es conocido- es una obra de Filosofía política, la cual se basa sobre la necesidad de establecer un contrato social entre los hombres y el Estado, a fin de lograr una vida de Libertad e Igualdad para todos aquellos que permanezcan en él, al tiempo que se garantiza la convivencia armónica entre ellos.
No obstante, esta obra de Rousseau engloba gran importancia, pues de acuerdo a lo que señalan los historiadores e investigadores puede considerársele la base teórica y filosófica de la cual se generó la Revolución francesa, e incluso otro movimientos liberadores como la Independencia de Estados Unidos, así también como las causas independentistas que llevaron a los países latinoamericanos y caribeños a liberarse del imperio español, durante el siglo XIX.
Resumen de El contrato social
En cuanto a su contenido, en primer lugar será necesario señalar que pese a la gran relevancia de esta obra política, la cual incluso se le atribuye a ser la semilla filosófica en base a la que se desarrollará en parte, siglos después, el concepto de Socialismo, en realidad se trata de una obra inconclusa, puesto que su autor atravesaba grandes problemas de salud, que le impidieron ampliar mucho más allá su planteamiento.
Sin embargo, en cuanto al contenido de cada uno de los cuatro libros que constituyen esta obra, se encontrarán los siguientes:
Libro primero
En esta primera parte de El contrato social, Rousseau se da a la tarea de exponer su teoría sobre el origen libertario del hombre. De esta manera, para este filósofo francés, el ser humano nace libre por naturaleza, teniendo los mismos derechos que sus semejantes. Sin embargo, paradójicamente se encuentra oprimido por múltiples cadenas. En consecuencia, Rousseau plantea la necesidad de que el hombre viva en libertad, y en convivencia pacífica, puesto que en lugar de la Ley del más fuerte, los seres humanos deberían regirse por las leyes, instituciones orientadas a establecer un ambiente de igualdad y justicia.
Libro segundo
Durante la segunda parte de esta obra, su autor entra en una etapa en la cual se da a la tarea de analizar y establecer cálculos demográficos, geográficos y económicos, para calcular a través de las matemáticas, aplicadas a la política, cuál es el país con mejores condiciones para ofrecer a la sociedad la posibilidad de ser feliz. Sus análisis lo llevan a concluir que este territorio es la isla de Córcega. Así también, Rousseau plantea cómo la Libertad es vital para que el hombre sea feliz, mientras que a su vez deja en evidencia cómo esa Libertad proviene directamente de la igualdad social.
Libro tercero
Planteada la necesidad de lograr un Estado en donde el hombre pueda desarrollarse en Libertad e Igualdad, Rousseau se da a la tarea, en el tercer libro de describir entonces cuál y cómo debería ser la mejor forma de gobierno para un Estado. Es en este libro, donde lanza algunas de sus máximas políticas, sobre por ejemplo cómo un Estado grande refiere a un pueblo menos libre, o a la solución lenta de las situaciones.
Así mismo señala que el tamaño del Estado será directamente proporcional al sistema de gobierno que este debe tener, puesto que para este filósofo francés los grandes estados deben ser gobernados por monarquías, los de mediano tamaño por aristócratas, y finalmente los más pequeños por democracias, sistema este que es considerado por Rousseau –desde su óptica aristotélica- como el sistema más perfecto, incluso propio de los dioses, por lo que su praxis nunca llegará a ser perfecta.
Libro cuarto
Finalmente, Rousseau destina el último libro de su obra para señalar que así como los estados pequeños son aquellos que pueden contar con el sistema más perfecto de gobierno, son los hombres más sencillos los que albergan en ellos la bondad y la capacidad de conducirse desde la rectitud, por lo que coloca este tipo de vida sencillo como el ejemplo a seguir.
De igual forma, señala cómo la voluntad se vuelve vital para que los miembros de un estado puedan desenvolverse con libertad e igualdad. Así también, se da a la tarea de criticar el Cristianismo, pues lo considera un dogma contrario a la libertad, y por ende un impedimento para alcanzar la felicidad, e incluso la convivencia, por lo que Rousseau prefiere poner su fe en la capacidad social del humano que en la existencia de dogmas que le priven la Libertad al hombre.
Imagen: retrato de Juan Jacobo Rousseau, autor de El contrato social / Fuente: wikimedia.org