En el campo de las Letras Latinoamericanas, se conoce con el nombre de Los ríos profundos a una novela, nacida de la pluma del célebre escritor peruano, José María Arguedas, la cual fue publicada por primera vez, en el año 1958, gracias al trabajo de la Editorial Lossada, convirtiéndose desde el primer momento en un referente de la Litetarura neoindigenista, corriente que además inaugura con gran vitalidad.
Igualmente, Los ríos profundos constituye la tercera novela del narrador José María Arguedas, quien es reconocido por la Crítica por su talento en la construcción de una historia que logra exponer la situación del indígena peruano de una forma tan cercana y humana, por lo que la Crítica ha llegado a afirmar que esta novela de Arguedas constituye su obra maestra.
Significado del nombre de la obra
Así mismo, los especialistas en la obra de José María Arguedas, han apuntado al significado del nombre de esta novela, la cual en lengua quechua se traduce como Uku Mayu, afirmando que con la expresión «los ríos profundos», Arguedas trata de hacer referencia a la corriente indígena y originaria que corre de forma subterránea a través de la cultura del pueblo americano, producto del mestizaje y la colonización.
Igualmente, algunos críticos se decantan por señalar que con el nombre Los ríos profundos, José María Arguedas también rinde un homenaje a los enormes y profundos ríos, que en la región andina nacen en las montañas, para descender hasta los valles, los cuales bañan con sus ricas aguas y grandes caudales. En resumen, el nombre de esta novela es un claro canto al paisaje y la cultura original americana.
Argumento
Con respecto al argumento de Los ríos profundos, cuyo autor ha llegado a ser comparado con el genio de Juan Rulfo, esta novela cuenta la historia de cómo su protagonista, Ernesto, quien es descrito como un joven de catorce años, debe madurar rápidamente, desgarrándose de su familia y enfrentándose solo al mundo adulto, pues su padre, un abogado itinerante, de nombre Gabriel, debe dejarlo en una escuela interna de Abancay, a fin de seguir trabajando, mientras Ernesto estudia. De esta forma, Ernesto comenzará a vivir ciertas experiencias que lo llevarán a una comprensión social del asunto indígena.
En este sentido, Los ríos profundos, además de brindar una visión panorámica del conflicto indígena en el Perú, así como una profunda crítica a la estructura y conflictos, que se han gestado en esa sociedad, puede ser descrita también como una novela iniciática, pues cuenta también los cambios psicológicos y emocionales que vive su protagonista en el momento de transición, que lo convierte de niño a hombre.
Dos narradores
En términos narrativos, Los ríos profundos cuenta con una característica particular, pues esta novela presenta dos narradores, es decir, dos voces distintas que se entregan a la tarea de estructurar la obra. De esta manera, el primer narrador que puede identificarse es un hombre adulto, quien se da a la tarea de evocar su niñez, momento en el que el lector descubre que es Ernesto, después de muchos años haciendo un ejercicio de memoria. Por su parte, el segundo narrador, ejerce la voz omnipresente, y cumple con la función de aclarar o completar la historia en algunos momentos, como un recurso literario que usa su autor, para ayudar al lector a seguir la historia.
Resumen de Los ríos profundos
En cuanto al propio contenido de esta novela de Arguedas, en resumen se puede decir que su historia comienza a tejerse en la provincia del Cuzco, en donde su padre, descrito como un abogado itinerante, trata de buscar a un conocido, llamado El Viejo, a fin de que lo contrate en algún trabajo. En esta parte de la novela, Ernesto –quien para la fecha tiene catorce años- entra en contacto por primera vez en conciencia de la cultura indígena, al tiempo que comienza a fijar una posición frente a esta.
Posteriormente, la novela muestra cómo el padre de Ernesto, desesperado por conseguir trabajo, decide inscribir a Ernesto en un internado, ubicado en Abancay. De esta forma, Ernesto es obligado a madurar rápidamente, mientras comienza a entender y sortear un entorno cruel y despiadado. Así mismo, este pasaje de la novela muestra el proceso de desgarramiento que sufre Ernesto, en el proceso de aceptar la separación de su padre.
Así mismo, en algunos capítulos posteriores, Ernesto es testigo de cómo la Policía reprime a sangre y fuego una protesta de chicheras, quienes reclamaban que no se había repartido la sal. Estos hechos, así como la diferencias de clases que ha observado durante su estancia en el internado hacen que Ernesto comience a formarse una idea de cómo la cultura indígena es despreciada, explotada y reprimida en una sociedad que la discrimina profundamente.
Hacia el final de la novela, el lector puede encontrarse con un Ernesto mucho más maduro, quien ha formado en soledad un discurso crítico hacia la sociedad que ha conocido, entendiendo que es mucho mejor luchar por la liberación. Así mismo, en la historia se puede ver cómo avanza en la ciudad una epidemia, por lo que los pobladores deciden abandonar el colegio. Ernesto no estudiará más en el internado. Recibe entonces una carta de su padre, quien le dice que en adelante vivirá en la estancia de un tío.
Imagen: fotografía del Cuzco, Perú / Fuente: pixabay.com