Sinopsis de Macario
Con el título de Macario, este texto narrativo constituye un cuento, nacido de la pluma del célebre escritor mexicano Jun Rulfo, el cual además hace parte de los cuentos que conforman su libro El llano en Llamas, publicado por primera vez en el año 1953, gracias al trabajo editorial del Fondo de Cultura Económica.
En sus líneas, Juan Rulfo dibujará –a través de un monólogo- a un personaje boderline, que a pasear de encontrarse al margen de la sociedad, habitante de un lugar invisible para el mundo y marcado para siempre por la locura, parece no ser consciente de su precaria condición, por el contrario narra su vida con gran ingenuidad, despojando de cualquier tragedia situaciones que para cualquier miembro de la sociedad constituirían algo terrible, contándolo con un lenguaje cotidiano y natural. De esta forma, hace que la realidad sea mucho más implacable, que si lo contara desde el dolor. Para Macario, ésa es simplemente su vida, y así da cuenta de ella.
Con respecto a su estructura gramatical, este cuento presenta la particularidad de no tener un solo punto y aparte en el texto, es decir, no existe separación de párrafos visibles, mero cambio de ideas, señalados con puntos suspensivos. En la opinión de algunos críticos literarios este bloque de texto, sin ideas separadas, puede ser un recurso de Rulfo para expresar la sucesión de ideas, que puede ocurrir en la mente de una persona con desórdenes mentales, es decir sin estructura. Una especie de metáfora formal del pensamiento esquizofrénico
Resumen del cuento Macario
Este cuento de Juan Rulfo, comienza con la voz, en primera persona, de su narrador: Macario, quien declarara que se encuentra en una alcantarilla, esperando a que las ranas emerjan de ella, para poder matarlas, pues su madrina le ha pedido que lo haga, porque el día anterior el ruido no la ha dejado dormir el día pasado. De esta forma, obediente, Macario cumple su mandato, esperando con una tabla a que las ranas se asomen, para poder matarlas.
Así mismo, Macario comienza a hablar de las ranas, de su color y características, confesando que las ha comido de vez en cuando, gustándole el sabor, así también admite haber probado sapos, aun cuando la mujer que identifica como su madrina le ha dicho que los sapos no se comen. Igualmente, Macario comenzará a describir a su madrina, a quien señala como una mujer de ojos verdes. Así mismo, hablará también a Felipa, una mujer de ojos verdes, a quien dice querer mucho, sobre todo porque es quien lo alimenta, es decir, quien le prepara la comida en la cocina. No obstante, Macario afirma que quien da el dinero a Felipa para que compre la comida que van a preparar.
Macario continúa con su fluido monólogo, describiendo entonces quién se dedica a qué en la casa. De esta forma, señala que Felipa se encarga de cocinar la comida de los tres, mientras él es el encargado de llevar la leña, para mantener el fuego vivo. Así mismo cuenta cómo su madrina come, y luego con las manos elabora dos montoncitos de comida, repartiendo uno para Felipa y otro para Macario. Sin embargo, según su versión, en ocasiones, Felipa renuncia a la porción que le toca, para dárselo a él, detalle que valora muchísimo, pues –según confiesa- él nunca logra saciar su hambre, siempre tiene ganas de comer, y jamás se siente saciado.
Es en este momento de la narración, en que Macario señala que en la calle es identificado por los otros como un loco, por lo que su madrina no lo deja salir, al menos que sea para llevarlo a misa, en donde su madrina le amarra las manos. Así mismo, Macario admite no saber por qué lo amarran, y le atribuye el hecho quizás a las historias que cuenta la gente, quien dice que él hace locuras, que una vez ahorcó a una señora. No obstante, Macario afirma no acordarse de nada de esto.
Seguidamente, Macario comenta lo buena que es su madrina con él, pues lo invita a comer de verdad, no como otras personas que lo llaman, prometiéndole comida, pero solo lo hacen para apedrearlo. Así mismo, Macario comentará la relación sexual-edípica que mantiene con Filipa, quien visita su cuarto todas las noches a darle la leche dulce que sale de sus senos, mientras le hace cosquillas por todo el cuerpo. Macario describe esa leche, como un líquido dulce y tibio, que señala como el alimento más delicioso que ha probado. Luego, Felipa se quedaba dormida junto a Macario, quien se lo agradecía porque así si se moría solo, no estaría condenado a ir al infierno.
Sin embargo, Macario cuenta cómo Felipa también lo ayuda con los demonios que Macario dice tener por dentro. De esta forma, Felipa se confiesa por él todos los días, para que el pecado y sus demonios sean perdonados. También, Macario contará cómo se da golpes en la cabeza contra las paredes, por lo que su madrina lo amenaza con las cucarachas y alacranes que habitan su casa. De esta forma, Macario comienza entonces a describir cómo es su cuarto, y cómo su cama está llena de cucarachas, las cuales caminan por su cuerpo, como también lo hacen los alacranes.
En conclusión, Macario afirma que permanecerá en esa casa, mientras encuentre comida. Aunque también siente que cuando deje de conseguir comida, se morirá de hambre, yéndose directo al infierno. En cuanto a esta preocupación de irse al infierno, Macario recuerda que lo peor de todo es no poder ver a sus papás, que moran en el purgatorio.
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