En el ámbito de la Literatura clásica estadounidense, se conoce con el nombre de Matar un ruiseñor (To Kill a Mockingbrird, por su título original en inglés) a una de las novelas más afamadas de la escritora Harper Lee, la cual fue publicada por primera vez en el año 1960, gracias al trabajo de la editorial J.B. Lippincott & Co.
Sobre la obra
En cuanto a su trascendencia, esta novela estadounidense se hizo merecedora de un premio Pulitzer el propio año de su publicación, momento desde el cual tuvo gran aceptación entre los lectores estadounidenses, quienes ven en ella un fiel reflejo de las historias ficticias de heroísmo racial.
Así mismo, en términos literarios esta obra representa el correcto ejercicio que puede realizar un autor sobre un suceso vivido en algún momento de su existencia, sin la necesidad de escribir una autobiografía. De esta forma, Harper Lee, de acuerdo a lo que señalan algunos de sus crítico, fue capaz de inspirarse en un suceso vivido en su ciudad, durante 1936, y poder distanciarse lo suficiente para plasmar en las páginas de Matar un ruiseñor una historia en donde queda en evidencia el mal uso de la Justicia, cuando esta se maneja en base a la discriminación.
Resumen de Matar a un ruiseñor
Con respecto al contenido de esta novela, básicamente se puede señalar que la misma tiene lugar en Maycomb, pueblo ficticio que la narradora sitúa en Alabama. Así mismo, corren los tiempos de la Gran Depresión, cuando Scout Finch, voz a través de quien se conocerá la historia, y quien apenas cuenta con seis años de edad, vive con su padre Atticus y su hermano mayor Jem.
Durante uno de los veranos, Jem y Scout se hacen amigos de Dill, otro niño pequeño, quien está de visita en el pueblo, y junto a quienes vivirán la aventura imaginaria de especular sobre la personalidad y apariencia de Boo Radley, un misterioso vecino, que nunca se deja ver. Sin embargo, en el último verano de los tres que comparten estos niños durante la novela, comienzan a recibir pequeños presentes, los cuales finalmente terminan por descubrir o concluir que son del incógnito vecino.
No obstante, a la par que los niños viven esta lúdica experiencia, en el pueblo suceden otras cosas. Es así como Atticus, padre de Jem y Scout, y quien también es abogado, se ve ante la misión de defender a Tom Robinson, hombre afroamericano, sobre quien pesa la acusación de haber violado a Mayela Ewell, una joven blanca. Sin embargo, aun cuando no ha empezado el juicio, debido al racismo imperante en el EEUU de la Gran Depresión, el público ya ha sacado su veredicto, considerando que Robinson es culpable, lo cual se traduce en una gran presión social hacia Atticus, quien es interpelado y atacado por su decisión de defender al acusado.
Durante el juicio, empero, este abogado logra probar la inocencia de Robinson, dejando en evidencia que es una trampa de Mayela y su padre Bob Ewell, el jurado termina por declarar a Robinson culpable. Sabiendo la suerte que le espera, el hombre trata de huir, recibiendo un disparo que acaba con su vida. Ante esto, la fe de Atticus en la Justicia se ve también altamente afectada.
No obstante, esta historia no termina ahí, puesto que Bob Ewell está enfurecido con Atticus, quien ha revelado durante el juicio que era su hija quien se encontraba haciéndole insinuaciones sexuales a Robinson, y que al ser descubierta por Bod decidió inventar la historia sobre la violación. Decidido a vengarse, pero con su cobardía en contra, decide atacar a los hijos de Atticus.
En el medio del ataque, los pequeños reciben la ayuda de un hombre misterioso, que los lleva a resguardo en su propia casa. Para la sorpresa de Jem y Scout, el salvador incógnito es el propio Boo Radley. Empero, la riña ha ocasionado consecuencia: Bob Ewell ha fallecido. Creyendo que llevar a Boo Radley a juicio hará que la Justicia se reivindique declarando el evento como un homicidio justificado, Atticus insiste en que sea llevado ante el tribunal.
Por el contrario, su hija Scout piensa que hacerlo sería ir contra la propia naturaleza de Boo, quien prefiere mantenerse oculto, algo así como “matar a un ruiseñor” que no hace nada, salvo cantar. Ante esta metáfora, Atticus desiste de su intención de hacer un juicio, y acepta la versión oficial, dada por el sheriff, en donde este señala que Ewell falleció al caer solo sobre su propio cuchillo.
La novela termina con Scout acompañando hasta su casa a Boo, para verlo desaparece nuevamente, al tiempo que lamenta no haber tenido tiempo para darle las gracias por aquellos presentes que le hizo a ella, a su hermano mayor Jem, y a su amigo Dill. Igualmente, durante este último pasaje, la pequeña Scout también siente curiosidad por saber cómo piensa Boo, o al menos el cómo se ve el mundo desde su perspectiva. No obstante, es una duda que no resolverá, puesto que Boo ha regresado a su escondite.
Imagen: retrato de Harper Lee, autora de Matar a un ruiseñor / Fuente: wikimedia.org