Quizás lo más conveniente, antes de exponer un resumen sobre las principales ideas en las que se basa el pensamiento de Mao Zedong, sea revisar de forma breve la propia definición de esta ideología, así como su contexto histórico.
El pensamiento de Mao Zedong
De esta manera, se puede comenzar por decir que el término acuñado por la Historia como el Pensamiento de Mao Zedong, conocido también como Maoísmo, refiere al sistema ideológico, creado, proclamado e instaurado por el líder chino Mao Zedong, quien durante el siglo XX condujo su país hacia el Comunismo, fundando la República Popular China, la cual se sustentaba en las ideas del Marxismo-leninismo, forjadas en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, nacida a su vez a raíz de la Revolución de octubre, en Rusia.
De hecho, existen fuentes que señalan que el Maoísmo, o Pensamiento de Mao Zedong, es la tercera forma o evolución del pensamiento marxista, puesto que es considerada como la aplicación del sistema económico concebido por Marx, luego de las propias experiencias de los líderes rusos Lenin y Stalin.
Así mismo, es el sistema ideológico en el que basa su militancia y propia existencia el Partido Comunista de China, pese a las importantes reformas que este compendio ideológico ha sufrido durante su evolución, en el camino de abrirse a un mercado, construyendo entonces lo que se conoce en política como el “socialismo” con características chinas, cónsono con la idea de que un sistema económico deberá aplicarse en sintonía a la realidad del país que lo asume.
Algunos autores también se han referido al Pensamiento de Mao Zedong como el Marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) aun cuando existen otros pensadores que no comparten dicha denominación. Por otro lado, hay también quien sostiene que el sistema político económico que en la actualidad se denomina Maoísmo poco tiene que ver con el instaurado en su momento por Mao Zedong.
Resumen del pensamiento de Mao Zedong
Con respecto al contenido de este sistema ideológico, básicamente puede ser resumido como la adaptación que hace Mao Zedong sobre el Marxismo, para poder implementarlo en la sociedad agrícola tradicional, que representaba la China de su momento. En este sentido, se encuentra caracterizado por un carácter eminentemente populista, así como por un rechazo pleno hacia las élites.
En este último punto, algunos analistas señalan que el Maoísmo se aleja del Maxismo-leninismo, pues no estaría de acuerdo con lo que planteaba Lenin sobre la necesidad de tener una élite partidista, dentro del Partido Comunista, encargada de tomar las decisiones, formar los cuadros revolucionarios y, básicamente, encargarse de la práctica y difusión de esta ideología.
Otro de los puntos en donde el Pensamiento de Mao Zedong se aleja del Marxismo leninismo es sobre su deseo de descentralizar China, lo cual por ejemplo va en contra de lo practicado en la URSS durante los años de Lenin, y del propio Stalin. Así mismo, Mao abogaba por una revolución continúa, que lejos de responder a élites, se basara en la creación de comunas, desde las cuales nacieran las líneas y acciones, que les permitieran avanzar en la construcción de la nueva y revolucionaria sociedad.
No obstante, quizás la forma más eficiente de realizar un breve resumen sobre el pensamiento de este líder chino, sea abordando los tres principales aspectos de su ideología, tal como se puede ver a continuación:
El campesino
Al ser una aplicación del Marxismo-leninismo a la sociedad agrícola tradicional que imperaba en China, se puede decir entonces que el sujeto histórico que tomó Mao para su sistema ideológico fue el Campesino. En este sentido, Mao realizó un análisis de la sociedad agraria china, dibujándolo como un sistema semifeudal, en donde el Campesino emergía como la figura de un sujeto tradicionalmente oprimido y explotado por los grandes propietarios, y de constituía a su vez un revolucionario en potencia, toda vez que fuese formado por el Partido Comunista, organización que lo levantaría en el liderazgo, y lo conduciría a romper con esta opresión, y construir una nueva sociedad.
Por ende, mientras que en la URSS de Lenin, el sujeto histórico fue el trabajador, representado en el proletariado, en la China de Mao el sujeto fue el Campesino. Sin embargo, la idea de Mao no era empoderar al campesino, para convertirlo en un ente revolucionario en el espacio que ocupaba, sino que buscaba liberar al campesino, y desterritorializarlo del campo, y territorializarlo en la ciudad. Es decir, convertirlo de campesino oprimido a proletario emancipado.
Lucha armada
Pese a que todo movimiento político emergente tiene como máximo objetivo la toma del poder político, en el caso del movimiento revolucionario impulsado por Mao, la toma de este poder se hace a través de las Armas. De esta manera, según el Pensamiento de Mao “el poder del fusil”. En sintonía con este pensamiento, Mao veía en su sujeto histórico revolucionario, es decir, en el campesinado la masa revolucionaria que marcharía armada hasta la ciudad para conquistar el poder político.
No obstante, la lucha armada planteada por Mao no es en sus inicios una lucha convencional, sino que se basa en la guerra de guerrillas, en la cual son fácilmente identificables tres fases: en la primera de ellas, es necesario movilizar, impulsar y comenzar la formación del campesinado, a fin de que se pueda establecer una masa organizada y disciplinada; en segundo lugar, será necesario establecer bases rurales, en donde el campesinado prosiga con su formación, y comience a realizar acciones guerrilleras, coordinadas con otros grupos, en su avance hacia el poder político; por último, la estrategia militar de Mao planteaba el inicio de una guerra convencional, última etapa que permitiría el asalto definitivo al poder.
En consecuencia, más allá de la concepción que se tiene sobre la formación de un sistema populista anti elitista, el Maoísmo plantea también la movilización masiva de los revolucionarios, en pro de lograr tanto la conformación de una organización militar eficiente, que proteja la Revolución de sus posibles enemigos, así como la fuerza para lograr la activación de los medios económicos productivos independientes, que garanticen la subsistencia de esta masa revolucionaria.
Lucha de clases
Por último, se puede decir que uno de los grandes bastiones del Pensamiento de Mao Zedong fue la Gran revolución cultural, en la cual este líder chino colocaba su esperanza de evitar que luego de lograda la revolución, y tomado el poder, esta nueva sociedad poco a poco formara una nueva clase aburguesada, como había sucedido en la Rusia de Lenin. Por ende, Mao pensaba que lo mejor para evitar que la lucha de clases, trajera siempre la división y el enfrentamiento entre los revolucionarios y los burgueses, era seguir profundizando en la instauración del Socialismo, lo cual solo se podría lograr a través de la Cultura.
Aplicación del Maoísmo
No obstante, como suele suceder con otros tantos sistemas ideológicos, una cosa es como han sido concebidos, y otra muy distinta las consecuencias reales sobre su aplicación. De esta forma, el Maoísmo pasó a la Historia, en especial para sus detractores, como un régimen totalitario, que se valió de la tortura y la muerte, para sembrar sus ideas, al tiempo que se erigió como el principal responsable del declive económico de la República Popular China, trayendo consigo hambre y muerte para su población. Así mismo, las ideas puristas sobre la necesidad de identificar a los contrarrevolucionarios o a los elitistas trajeron consigo, igualmente, una cacería de brujas, a lo interno de las fuerzas revolucionarias de Mao.
Por otro lado, más allá de las terribles consecuencias vividas en carne propia por la población, así como para la masa revolucionaria armada, quizás la consecuencia económica más devastadora fue el abandono que se hizo al campo, en pro de la lucha armada y el enfoque hacia la ciudad, hecho que a la larga -y unida con otras circunstancias- condenó a esa generación a vivir una de las peores hambrunas que jamás se haya existido en la Historia de este país, y que no se pudo resolver ni siquiera después de su regreso y la aplicación de su Revolución cultural, que pretendía que los intelectuales asumieran el rol de campesino. Finalmente, ninguna de las dos vías trajo resultados favorables, y por el contrario la República Popular China tuvo que asumir la pérdida de invaluables bienes patrimoniales, el caos socioeconómico y la violencia política.
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