Quizás una de las obras más relevantes de la Literatura francesa y universal, surgida durante el siglo XX, sea En busca del tiempo perdido (À la recherche du temps perdu, por su título original en francés) nacida de la célebre del escritor Marcel Proust, la cual fue escrita a lo largo de catorce años, entre 1908 y 1922, en un total de siete diferentes libros, los cuales fueron publicados por su parte entre 1913 y 1927.
Sobre su edición
En cuanto a las editoriales que participaron de la publicación de esta extensa obra literaria, cuyos dos últimos tomos fueron incluso publicados de forma póstuma, los textos especializados señalan como una curiosidad que fue el propio Proust el encargado de costear el primer libro de esta obra, el cual lleva como título Por el camino de Swann, y que salió finalmente a la luz en el año 1913, gracia a la impresión de la editorial Grasset, costeada por su propio autor, luego de haber sido rechazada por varias editoriales.
Sin embargo, en este caso, la historia demostró una vez más que no siempre los editores tienen el agudo olfato para identificar lo que será un éxito literario, puesto que al poco tiempo Por el camino de Swann se convirtió en una obra aclamada por los lectores, lo que le valió su reedición casi inmediata. En consecuencia, cuando Proust quiso publicar el segundo libro de esta obra, el cual llevó por título A la sombra de las muchachas en flor, la editorial Gallimard participó gustosa en el procesos, encargándose también de publicar los libros siguientes.
Sobre su trascendencia
Básicamente, En busca del tiempo perdido (título que cuenta con varias versiones en Español, como por ejemplo A la búsqueda del tiempo perdido) básicamente trata del ejercicio de memoria de un chico parisino, de clase alta, quien tiene el sueño de convertirse en escritor, y que sin embargo en algún momento se deja arrastrar por los lujos de la aristocracia parisina, lo cual es una valiosa ventana para ver cómo era la sociedad alta de la Francia anterior a la Primera Guerra Mundial.
Más adelante, este joven, se ve en la necesidad de recluirse en su casa, debido a la Guerra, momento en donde entonces se inicia una reflexión sobre algunos de los temas más universales de la condición humana, como por ejemplo el amor, la guerra o la enfermedad. Por igual, la existencia de la homosexualidad es otro de los temas sobre los cuales este joven deja caer sus pensamientos.
Sin embargo, más allá de si sus temas o la perspectiva desde la que son tratados, lo realmente valioso de la obra de Proust, En busca de tiempo perdido, es la de constituirse como la obra que origina la tradición literaria del siglo XX, en donde desaparece el paisaje y la narrativa decimonónica, para dar paso a la novela que tiene como fondo la mente y el alma humana. Es así como esta obra también se inserta en la corriente de la novela de postguerra, en donde el hombre se descubre solo ante un mundo que más que respuestas, le hace hacerse cientos de preguntas, que ponen en jaque la propia noción de su existencia.
Por igual, En busca del tiempo perdido es también pionera en prescindir del papel del personaje literario para comenzar a revelar a la persona, con una dimensión física, pero sobre todo psicológica, pues ya poco importan las acciones físicas de los protagonistas, sino el mundo mental y emocional que estos tienen, el cómo nacen y fluyen sus pensamientos hacia ciertos temas.
En consecuencia, En busca del tiempo perdido es considerado un punto crucial en el nacimiento de la Literatura francesa del siglo XX, así también como de la Literatura occidental, surgida luego de la Primera Guerra Mundial, así como también después de que por su parte el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, proclamara a finales del siglo anterior que Dios había muerto.
Resumen de En busca del tiempo perdido
En cuanto a su contenido, quizás lo mejor a la hora de emprender un resumen sobre la obra En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, sea realizar una breve revisión de cada uno de los tópicos abordados por su autor en cada uno de los siete libros que constituyen una de las más valiosas y célebres obras de la Literatura moderna.
De esta forma, se puede decir entonces que el ejercicio de rememoración y reflexión a la que se entrega el joven parisino de clase alta, con aspiraciones de escritor, del cual se habla en esta obra de Proust, recorre su camino reflexivo, tocando en cada uno de los libros los siguientes temas:
Por el camino de Swann (1913)
Du côté de chez Swann, por su título original en francés,constituye el primer libro de la obra En busca del tiempo perdido. Fue editado en 1913, por la editorial Grasset, en una publicación que pagó el propio Proust. Siete años después, en 1919, sería reeditada por la editorial Gallimard. En sus páginas, se puede encontrar básicamente dos grandes temas.
En su primera parte, se puede ver cómo el protagonista de la obra, quien también ejerce como voz narradora, se entrega a un ejercicio de memoria, en donde vaga por los pasillos de sus recuerdos, tratando de reconstruir con profunda nostalgia el cómo ha transcurrido su niñez, sobre todos los viajes que cuando pequeño hacía al campo, en época de verano. Así también este ejercicio lo hace recordar a Charles Swann, un amigo de su familia, quien vivió la aventura de enamorarse de una mujer, que por desgracia no pertenece a su círculo social, lo cual lo hace tener que enfrentarse a los prejuicios y obstáculos para poder acercarse al objeto de su amor y su deseo.
A la sombra de las muchachas en flor (1919)
En segundo lugar, se encontrará A la sombra de las muchachas en flor (À lombre des jeunes filles en fleurs, en francés). Este libro fue publicado en 1919, siete años después del primero, gracias al trabajo de la editorial Gallimard, que esta vez sí apostó por la obra de Proust, e incluso ese mismo año se dio a la tarea de reeditar Por el camino de Swann.
Respecto a su contenido específico, este libro puede asumirse más como una obra de iniciación. Ya el protagonista ha dejado atrás los recuerdos de su infancia, para centrarse en su adolescencia. Es así como se referirá a algunos de los momentos más importante de su vida durante esta etapa, como por ejemplo el breve romance que sostendrá con la hija de Charles Swann, Gilberte, así como el episodio que lo llevará a conocer al barón Charlus, así como a Robert de Saint-Loup, personas estas que resultarán de gran importancia en la vida de este joven, y cuya trascendencia se revelará posteriormente en los libros siguientes.
El mundo de Guermantes (1921 y 1922)
Publicado originalmente en francés como Le Côté de Guermantes, este libro, el tercero de la obra En busca del tiempo perdido, fue publicado la primera ver por la editorial Gallimard, quien decidió sacarlo a la luz en dos distintos tomos, el primero de ellos impreso en 1921, y el segundo, un año después, en 1922, año en el que también muere su autor.
En referencia al tema tratado en este libro, básicamente se puede decir que es el relato de su protagonista, un poco mayor, pero aun siendo un joven de clase alta parisino, quien siente mucha curiosidad y deseos de ser aceptado por una de las familias más importantes y aristocráticas de la sociedad francesa de su momento: los Guermantes.
Sin embargo, pese a su posición, su deseo no se cumple de buenas a primeras, sino que este joven siente el rechazo de esta importante familia. Empero, hacia el final del libro por fin es invitado por los Guermantes a una fiesta de gala, en donde podrá compartir con ellos, y ver cumplido si anhelo. Aun cuando pueda parecer un tema frívolo, en realidad Proust ofrece una importante ventana que permitirá apreciar la alta sociedad parisina de principios del siglo XX, en cuanto a sus lujos, comportamientos y formas de relación.
Sodoma y Gomorra (1922 – 1923)
Con el título en francés Sodome et Gomorrhe, este libro fue publicado por primera vez por la editorial Gallimard, la cual decidió igualmente publicarla en dos volúmenes: el primero de ellos salió en el año 1922, y el segundo en 1923.
Es este cuarto libro de En busca del tiempo perdido, Proust trata abiertamente el tema de la existencia de la Homosexualidad. De esta manera, el joven protagonista de esta obra se da a la tarea de referir varias relaciones lésbicas, protagonizadas por algunas mujeres de su entorno.
Así también, el joven se detiene a narrar sobre las relaciones homosexuales que sostendrá su amigo, el barón de Charlus con algunos jóvenes. De hecho, algunos críticos son de la opinión de que es este tema el que inspira a su autor a titular de esta manera su obra, en referencia a las ciudades bíblicas, destruidas por Dios, debido al nivel de perversión que habían alcanzado sus habitantes.
La prisionera (1925)
Publicada por primera vez en el año 1925, y con el título original La prisonnière, este libro presenta un narrador mucho mayor que la voz juvenil que abarca la historia de Por el camino de Swann. De esta forma, en La prisionera, el protagonista se ha casado con una muchacha llamada Albertine.
Sin embargo, lo que deberían ser los días más felices de su vida, en realidad se convierten en una tortura para ambos, puesto que este joven termina por obsesionarse con la posibilidad de que su reciente esposa lo traicione. Es por esto, que como una forma de prevenirse sobre su mayor temor, decide controlar por completo los actos y decisiones de su consorte. Es tal la presión que coloca sobre su esposa, que esta termina por abandonarlo, al no poder soportar más ser su prisionera.
La fugitiva (1927)
Editada de forma póstuma, en 1927, La fugitiva (la cual cuenta con el título original en francés Albertine disparue por lo que ha sido publicada también como Albertine desaparecida) cuenta todos los esfuerzos del protagonista de la obra por recuperar a quien es su primera esposa, y que ha decidido alejarse de él, en respuesta a toda la presión y control que ha colocado sobre ella, y que es narrada de forma detallada en el libro anterior, La prisionera.
No obstante, el gran miedo a la infidelidad que lleva a este joven a oprimir y controlar a su amada Albertine termina por materializarse, cuando a medida de que el protagonista se acerca a la vida de su esposa descubre cómo esta ha mantenido relaciones lésbicas con otras muchachas de su círculo social. En consecuencia, el tema de la homosexualidad, tratado en el cuarto libro Sodoma y Gomorra.
Incluso, su miedo a perderla también se hace realidad cuando Albertine fallece en un accidente. Hacia el final de la historia, el sorprendido y triste protagonista se encuentra de nuevo con Gilberte, hija de Charles Swann, de quien se ha hablado en el primer libro de esta obra.
El tiempo recordado (1927)
Publicado en francés como Le temps retrouvé, en 1927, cinco años después del fallecimiento de su autor, El tiempo recobrado se erige como el último libro de En busca del tiempo perdido. En este séptimo libro, Proust vuelve a presentar a su protagonista, quien ya no es un joven inexperto, sino un hombre, que trata de darle sentido a su presente, viendo cómo los momentos de su pasado lo han conducido hasta su ahora.
De esta forma, con su deseo siempre presente de escribir, comienza un ejercicio de memoria que lo conduzca por los callejones de su existencia para poder darle coherencia a su historia. Es así como Proust justifica literariamente la existencia de cada uno de los libros: un hombre tratando de unir los cabos sueltos de su existencia, a través de la memoria y la escritura.
Imagen: retrato de Marcel Proust, autor de En busca del tiempo perdido / Fuente: wikipedia.org