Una sangrienta tradición
Dentro de los muchos rituales que hoy nos parecen cosas de bárbaros uno de los más comunes en las sociedades tradicionales era el entierro, muerte o inmolación de las mujeres con sus maridos. En efecto, en muchas sociedades se consideraba que la mujer, al abandonar el hogar, de alguna manera “pertenecía” a su esposo y era su deber acompañarlo en su jornada por el otro mundo. Las mujeres, aunque conscientes de su destino, lo asumían como un deber y, a veces, casi un honor.
En el caso de India esta tradición está documentada al menos desde el siglo V a. C., pero se cree que no se vuelve importante hasta unos mil años más adelante. Se le denomina “sati” o “satti”, palabra que a su vez significa “ritual” en el idioma sánscrito. De acuerdo con la leyenda, la primera mujer en realizar esta inmolación habría sido la diosa Sati, esposa del dios Shiva, como venganza por el maltrato de su padre ante su marido.
Lo macabro de esta tradición es su persistencia en el tiempo. Cuando la India fue conquistada por Inglaterra, hace poco más de 250 años, la tradición estaba ampliamente extendida a lo largo y ancho del país. Miles de mujeres se inmolaban anualmente en las tumbas de sus esposos en un ritual que aterraba y horrorizaba a los colonizadores británicos. En 1829, Lord William Bentinck prohibió por ley el acto en todas las regiones bajo dominio británico y estableció fuertes castigos contra quienes lo promovieran, sin embargo, el ritual siguió siendo bastante popular en la región (en Nepal no se aboliría por ley hasta 1920). Incluso al día de hoy se conocen casos esporádicos de mujeres que deciden voluntariamente inmolarse ante la muerte de sus maridos.
El ritual original consistía en que la mujer se montaba a la pila funeraria, tomaba en sus manos la cabeza de su esposo y entonces daba la orden de encenderla. En otros escenarios más “Informales” muchas mujeres saltarían al fuego encendido a pesar de la oposición de sus familias. En la cultura hindú incluso se considera que una mujer, al hacer esto, se “purifica” y se vuelve una representación de la diosa Sati, alcanzando un mejor nivel en su vida siguiente.
Supervivencia en la actualidad
Uno de los casos más polémicos de Sati en el siglo XX sucedió el 4 de septiembre de 1987 cuando una joven llamada Roop Kanwar habría decidido inmolarse con su marido. Mientras que algunos acusaban a su familia política de haberla obligado a hacer esto, y consideraban que se trataba de un asesinato, otros afirmaban que había sido plena decisión de la joven y que esto mostraba su carácter y su pureza de espíritu. Esta idea ha sido fuertemente criticada por feministas y defensores de los derechos de la mujer que consideran que estas ideas son precisamente las que llevan a la mujer a suicidarse.
En los últimos 20 años se han documentado más de 10 casos de Sati entre diversas viudas a lo largo y ancho del país. El ritual sigue siendo muy criticado pero los sectores más tradicionales se niegan a dejar de realizarlo y consideran que es su derecho, tanto como su deber. ¿Creerías tú que la práctica debe ser definitivamente prohibida o que estas mujeres están en su derecho? ¿Qué opinas del ritual?
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