Cascadas de Sangre
Corría el año de 1911 cuando un investigador australiano llamado Griffith Taylor descubrió el gigantesco glaciar Taylor (obviamente así bautizado en su honor) en la Antártida. Eran aquellos los tiempos de los grandes exploradores y las primeras misiones a los dos polos terrestres.
Pero más allá del imponente hielo, lo que llamó la atención del explorador fue una misteriosa cascada roja que salía del glaciar. Pese a que la temperatura estaba bien por debajo de los 0 °C la mancha roja fluía lentamente, como si se tratase de la densa sangre de alguna criatura olvidada.
Así, con el paso de los años este glaciar vino a ser reconocido por sus llamadas “cascadas de sangre”. Y por más de un siglo, estas cascadas fueron uno de los misterios más peculiares de la geología.
Hierro
El mineral de hierro, como todos sabemos, tiene un color rojizo. Por esta razón, pese a los constantes comentarios sobre las “cascadas de sangre”, toda la comunidad científica siempre presumió que era de hecho hierro el que causaba el color rojizo en este glaciar (por cierto, también es el hierro el que da a la sangre su rojo característico). El problema, claro, es que la procedencia de dicho hierro seguía siendo incomprensible.
Hasta ahora.
Canales subterráneos
Hace algunos días hablamos de los canales subterráneos de los glaciares que llevaron a la desaparición de un río gigante en Canadá. La respuesta al misterio de las cascadas de sangre parece haber tenido una causa semejante.
De acuerdo con las investigaciones, existe un complejo sistema de canales a través de “valles” en el glaciar que hace que el agua fluya lentamente desde el interior del mismo. El agua se mantiene líquida gracias a algo conocido como el “calor latente” del hielo y la sal (esto es, la energía necesaria para pasar de una fase a otra). El agua que hay aquí es salada, pero los científicos consideran que podría haber reservas equivalentes de agua dulce que habría permanecido en estado líquido en medio de glaciares por decenas o centenares de miles de años.
Y más que el misterio de las cascadas de sangre, es este el verdadero hallazgo de estos estudios.
Imagen: youtube.com