No querer saber nada del colegio

Cuando se le escucha decir que odia profundamente ir a clases, más de lo natural, es un síntoma de que no la está pasando bien porque lo más seguro, es que lo atormente el acoso de uno o varios compañeros. Son hechos de alarma si se le sorprende con excusas continuas para evadir la escuela, como hacerse el enfermo o alguna otra mentira.

No querer participar de las actividades extra académicas

Es uno de los espacios donde se puede prestar para muchos actos de bullying, ya que el profesor no se halla todo el tiempo pendiente. Entonces es de sospechar que siempre el niño tienda a rechazar asistir a esos programas alternativos. Y es que la mayoría de veces, por miedo y vergüenza, las víctimas prefieren quedarse calladas y no contar lo que están sufriendo.

Cambios exagerados de humor

Al percibir que el niño o la niña se halla triste y ese estado se prolonga bastante, acompañado de estrés y ansiedad, sin duda alguna tiene un problema y puede estar relacionado con maltrato escolar. En el hogar es donde muchos niños se desfogan y desquitan de la violencia a la que son sometidos y se expresan con comportamientos bruscos e irritados.

Cambios extremos en el apetito

Se puede presentar dos casos: o que por la ansiedad se lance a comer desesperadamente, o que pierda significativamente el deseo de alimentarse. Sin embargo, es una señal de alarma para investigar si existe alguna situación de bullying, para evitar que se siga aumentando.

Empeora el rendimiento escolar

Sumado a los síntomas descritos, si las calificaciones igualmente se ven afectadas negativamente, hay una alta probabilidad de que se trate de un problema de violencia en su entorno académico. Es obvio, que ante esa clase de conflictos, ningún estudiante podría concentrarse adecuadamente para obtener un buen desempeño intelectual, sino por el contrario, el estrés lo desviará de cualquier éxito.

Llega con la ropa o las cosas rotas

Una de las acciones comunes entre los bravucones que se aprovechan de los más pequeños o más vulnerables, es romperle sus objetos personales o escolares. Si al preguntarle sobre la causa de ello, no responde nada, es un motivo para investigar seriamente si se está desarrollando un contexto de ese estilo.

Tendencia autodestructiva

La frustración es un sentimiento negativo demasiado agobiante y podría llegar a desesperar por completo a una persona. Una reacción psicológica de un infante al verse acosado y maltratado por sus compañeros o profesores, es agredirse a sí mismo, cortándose, o causándose heridas en alguna parte de su cuerpo.

Cambian sus relaciones interpersonales

Si ahora prefiere la soledad e intenta no tratar a sus amistades y se torna asocial, es otro síntoma factible de que esté sufriendo bullying. Son esos niños con mayores dificultades sociales, quienes más son víctimas de este mal, teniendo que soportar insultos, vejaciones, humillaciones y hasta golpes físicos y torturas.

Se muestra indispuesto luego de haber navegado por la web

No sólo las circunstancias de abuso se presentan en las instituciones académicas, sino también en las diferentes redes sociales. Varios menores se han quitado la vida por no soportarlo. Si el menor queda con un carácter notablemente afectado después de chatear y navegar, lo mejor es percatarse de lo que está ocurriendo.

Problemas de autoestima

Lo primero que se ve gravemente afectado es la autoestima del niño. No es para menos, luego de afrontar escenas donde resulta ridiculizado por las mayorías y eso conlleva a que empiece a considerar que es menos que los demás, con menos capacidades intelectuales y físicas, razón por la cual sufrn bastante.

El sufrimiento que puede llegar a padecer un niño en esas circunstancias, es muy fuerte y parecido a un verdadero infierno.

Imagen: wikipedia.org