Tal parece que las redes sociales tan sólo son un reflejo virtual muy superficial y muchas veces por completo mentiroso, de las personas que las usan. Por ejemplo, el hombre de la historia que veremos en seguida, “tenía 3544 amigos en Facebook, pero ninguno acudió a su entierro”.
Doble vida: virtual y física
En 2016, el sujeto fue hallado muerto en unas montañas llenas de basura, en Alcabre, un municipio de España. En vista de que nadie respondió por él, ni familiares ni amigos, tuvo que ser enterrado en una fosa anónima por parte del ayuntamiento.
Su nombre era José Ángel Toboada y a su sepelio sólo asistieron dos mujeres con vestuario negro, que siguieron la carrosa fúnebre desde la distancia, aun cuando este hombre contaba con miles de seguidores en Facebook.
Toboada vivía en una casa en ese municipio, desde hacía 6 años atrás de su muerte. Los vecinos más próximos relatan que el hombre se relacionaba muy poco con las personas y se le veía muy solitario y poco salía de su vivienda. De hecho, salía sólo a recolectar basura y al comedor comunitario de los mendigos.
Pero Toboada tenía dos vidas muy diferentes: una física donde era un mendigo aislado de la sociedad y la otra virtual, en la que era famoso y popular porque era muy bromista y captaba la atención de muchos usuarios.
Un sepelio de los más tristes y vacíos
La policía local lo encontró sin vida en el basurero, gracias a una llamada que realizaron desde las islas Canarias, en la cual una mujer denunciaba que su querido amigo llevaba sin conectarse al face, por más de cinco días consecutivos, siendo que permanecía en línea todo el tiempo. Así mismo, sucedió con whatsapp.
Entonces, ante la alarma a las autoridades de la supuesta desaparición de una persona, realizaron las operaciones de rastreo y lo hallaron en aquellas montañas del basurero. El cuerpo tuvo que ser removido con mucha dificultad por el personal de rescate de bomberos, por las condiciones del lugar donde se halló. Un dato que se ha tenido en cuenta en las investigaciones, es que los vecinos reportan que frecuentaba entrar a la casa por una ventana de la parte de atrás.
De todas maneras, de los miles de amigos y admiradores virtuales, sólo la soledad lo acompañó en su partida de este mundo real.
Imagen: laregion.es