Paleontología
Desde la antigüedad los seres humanos hemos sabido que ocultos entre la tierra y las rocas pueden encontrarse huesos de antiguas criaturas. En la antigüedad grecorromana, por ejemplo, los huesos eran considerados restos de criaturas mitológicas y la prueba de la veracidad de las leyendas tradicionales de estas culturas.
Sin embargo, con el advenimiento de la edad moderna y las mejoras científicas en la rama de la geología comenzamos a entender con mucha mayor profundidad estos restos del pasado. Aprendimos, por ejemplo, que los fósiles eran mucho más antiguos de lo que creíamos y que algunos de ellos existieron millones de años antes que cualquiera de nuestros antepasados.
Pero aún así, hubo misterios que nos tomó algún tiempo resolver. Uno de los más interesantes y conocidos es el de los llamados “tirabuzones del diablo”, unas extrañas estructuras halladas en el estado de Nebraska en los Estados Unidos.
Estructuras en la arena
Hacia finales del siglo XIX los cazadores de fósiles de los Estados Unidos habían comenzado a investigar los territorios ubicados en las planicies al occidente del país. Entre otros, habían hallado restos de perezosos gigantes y tigres dientes de sable que habitaron estas planicies antes de la llegada de los primeros humanos a América del Norte. Pero además de los huesos los paleontólogos comenzaron a encontrar otra cosa.
Bautizados como “tirabuzones del diablo”, se trataba de estructuras semejantes a una espiral de hasta tres metros de longitud. Se encontraban enterradas en antiguas planicies de arena, muy cerca unos de otros pero sin jamás ocupar el mismo espacio. El descubrimiento de la primera de estas estructuras fue realizado por el Dr. E. H. Barbour en el año 1891 y a partir de este momento se convirtieron en uno de los misterios más interesantes y debatidos de la paleontología.
Antiguas madrigueras
Desde el principio el mismo Dr. Barbour propuso que se trataba de antiguas madrigueras de roedores. Sin embargo, su hipótesis pronto cayó en el olvido y comenzaron a plantearse teorías alternativas, principalmente asociadas a una posible relación con las raíces de un extraño árbol prehistórico.
Sin embargo, ninguna hipótesis satisfacía a los científicos. Las estructuras parecían demasiado perfectas para haber sido construidas manualmente, pero no se podía imaginar un proceso geológico que llevase a su constitución. Y así, década tras década, los llamados tirabuzones del diablo seguían intrigando a los paleontólogos que no podían explicarse de dónde habían salido.
Hasta que un día, finalmente, un esqueleto fue hallado al interior de una de estas estructuras. Y quedó claro que la primera hipótesis del Dr. Barbour había sido la correcta: estos tirabuzones en la antigua madriguera de un pariente de los castores.
Aquí se ven los restos de un castor al fondo de la madriguera
Palaeocastor
Este antiguo roedor habitó las planicies de lo que hoy es Nebraska durante el Oligoceno tardío, hará unos 25 millones de años, y excavó con sus dientes estas curiosas estructuras que eran en verdad sus madrigueras. Se presume que en aquellos tiempos, más cálidos y secos que los actuales, el túnel en forma de espiral mejoraba el aislamiento del túnel y dificultaba la entrada de aire caliente, permitiéndole permanecer fresco por la mayor parte del día.
El Palaeocastor desapareció de este territorio hace unos 20 millones de años, posiblemente debido a la modificación del clima y la aparición de grandes bosques que ocuparon las sabanas donde habitaba.
Fuentes:
- https://www.youtube.com/watch?v=tdfFoSC8_7k
- https://en.wikipedia.org/wiki/Palaeocastor
Imágenes: 1: npca.org, 2: wikipedia.org