Planeta Rojo
Marte, nuestro vecino cercano, ha sido seguramente el planeta más extensamente estudiado… después de la Tierra, claro está. Llamado tradicionalmente Planeta Rojo, por el tono rojizo de las tierras que lo cubren, Marte es un mundo árido, desprovisto de vida, pero todo indica que en algún pasado remoto tuvo, como la Tierra, una superficie habitable caracterizada por un clima suave y la presencia de océanos.
En la actualidad muchos consideran Marte como la siguiente parada lógica en el destino de la Humanidad: el planeta tiene una superficie apta para la colonización y características que harían viable una colonia humana en la superficie. Eventualmente, aspiran algunos, podría convertirse en una segunda Tierra.
Sin embargo, es poco lo que sabemos de nuestro compañero en el Sistema Solar y cada día se descubren nuevos aspectos. Recientemente los científicos parecen haber determinado dos cosas nuevas (y especialmente interesantes) de este planeta:
Tsunamis gigantes
El primer hallazgo es relativo a gigantescos tsunamis (causados por el impacto de asteroides) que habrían causado traumatismos verdaderamente catastróficos en la superficie del planeta:
Desde hace varias décadas los científicos han considerado que un gigantesco océano cubrió una porción importante de la superficie planetaria marciana. Las evidencias están allí y parecen claras: una superficie homogénea, algunos kilómetros por debajo del resto del promedio planetario, y restos de lo que parecen ser ríos que habrían desembocado allí. Sin embargo, jamás se había entendido por qué dicho océano no tenía costas bien delimitadas (como si las tienen los océanos terrestres).
Revisando fotografías satelitales, un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Instituto de Ciencia Planetaria (en Estados Unidos) notó la presencia de dos grupos diferentes de depósitos extendiéndose en ocasiones hasta 700 kilómetros del presunto océano. Dichos depósitos se encontraban diferenciados en dos clases, una de las cuales tenía presencia de grandes rocas y, el segundo, de hielo.
La hipótesis presentada es la siguiente: en un lapso de algunos millones de años dos meteoritos gigantes (de al menos 30 kilómetros de diámetro) impactaron la superficie del planeta marciano dejando a su rastro un área gigantesca de desolación. El primero de ellos arrastró miles de millones de toneladas de agua, junto con las rocas de las islas y el fondo marino; el segundo, sin embargo, impactó en un planeta diferente.
Para cuando este llegó el planeta ya se habría congelado y sería hielo, y no agua, lo que encontrase el asteroide en cuestión. Así, una gigantesca masa de hielo se habría desprendido y habría llenado dicho territorio.
La teoría es bastante sólida y se sostiene ante la evidencia, y de ser cierta indicaría que posiblemente trozos de hielo sobreviven bajo la tierra marciana en algunas regiones. De ser así, encontrar estas muestras se convierte en una prioridad para quienes investigan aquel planeta, pues mantendrían en sí los componentes de aquel antiguo océano.
Volcanes gigantes
Se trata, de hecho, de un único volcán: el Monte Olimpo. Con más de 25 kilómetros de altura, se trata del volcán más grande del que tenemos registro.
El Monte Olimpo comparado con el Everest
El Olimpo tiene una geografía particular: en ocasiones gentiles laderas, en ocasiones, abruptas terrazas. Hasta ahora, dicha geografía era un misterio. Hace poco, sin embargo, un grupo de científicos comenzó a modelar un programa capaz de explicar las fuerzas que influyeron en el tamaño y la forma de este volcán y encontraron que, bajo la gravedad marciana y la naturaleza del suelo, el modelo encajaba.
Aunque parezca un asunto básico, lo cierto es que gracias a ello fueron capaces de determinar las características del volcán, la gigantesca área que cubrió (unos 5.000 kilómetros cuadrados) e incluso su impacto geológico en la superficie, con la creación de la Gran Llanura del Tarsis.
El Planeta Rojo aún es un gran misterio y sigue guardando miles de secretos, pero cada vez aprendemos más. Quizás, en poco tiempo, sepamos lo suficiente para poder aprovecharlo.
Imágenes: 1: inverse.com, 2: appliedtechnotopia.com