Un popular apocalipsis
Todos conocemos los escenarios popularizados por innumerables series en las que un grupo de personas, carentes de razón, se mueven como autómatas por el mundo en busca de nuevas víctimas a las cuales puedan convertir, a su vez, en nuevos miembros de su ejército. Normalmente estos escenarios involucran la destrucción de la sociedad moderna y la supervivencia de pequeños reductos de humanos no – convertidos desesperados por sobrevivir.
Sin embargo, algunos científicos se tomaron la molestia de modelar sistemas en los que una infección de este tipo amenazara a las personas, y los resultados fueron bastante interesantes: suponiendo que la infección no se transmita más que por heridas, y que no brinde a estos zombies habilidades súper humanas (es decir, de acuerdo con la mayor parte de series y películas al respecto), un apocalipsis zombie estaría condenado al fracaso en más bien poco tiempo. Existen varios factores que convierten a una horda de zombies en un actor poco preparado para enfrentarse no a los seres humanos, sino a los fenómenos naturales. Veamos algunas de ellas:
¿Por qué no resulta viable? Los peligros de los animales salvajes
En primer lugar, los zombies no tienen consciencia y se mueven como títeres en busca de alimento. Esto indica que no saben esconderse u organizar algún tipo de estrategia. Preguntémonos: ¿cuánto tardarían los perros callejeros, los coyotes, zorros, lobos o felinos de las regiones en darse cuenta de lo fácil que es derribar a uno de estos adversarios? ¿Cuánto sobrevivirían las hordas ante una amenaza de este calibre?
Los hombres estamos en la cima de la cadena alimenticia no por nuestras habilidades físicas, sino por nuestro talento en el uso de herramientas. Un zombie sin cerebro sería presa fácil para, bueno, para todo. Incluso los insectos podrían rápidamente invadir sus cuerpos ya que carecerían de los reflejos que nos garantizan evitar infecciones y parásitos.
El calor y el frío dañan rápidamente un cuerpo en descomposición
El segundo tema que amenaza una eventual horda de zombies es el clima. Debido a su naturaleza de “muerto viviente” (que, según entendemos, no puede regenerar su cuerpo al ritmo de un humano normal, y en algunos escenarios no puede regenerarlo del todo) los cuerpos de los zombies serían presa fácil del calor (que pudriría y deshidrataría sus cuerpos en cuestión de horas – máximo, un día) y/o del frío (que limitaría sus movimientos y, en caso de tratarse de una temperatura bajo 0 °C, destruiría sus tejidos). En este escenario la mayor parte de las ciudades volverían a la normalidad tras un par de temporadas de clima fuerte, y las zonas más tropicales estarían blindadas contra estos peligros.
La superficie terrestre está llena de refugios naturales
El tercer tema es la geografía. Pese a los clásicos escenarios en los que una ciudad es dominada por estas criaturas, lo cierto es que existen miles de lugares completamente a prueba de ellos y que resultan en refugios perfectos para centenares, si no miles, de personas. A pesar de que las series normalmente pinten a los humanos como un grupo de gente aterrada e inútil, lo más probable es que los supervivientes rápidamente colonicen estos lugares donde serán capaces de resistir con facilidad. Así mismo, la geografía resulta un peligro para hordas carentes de guía que bien podrían desplomarse por un puente o caer en los ríos. Lo que nos lleva al siguiente punto:
La inmunidad al dolor que presentan los zombies en casi todos los escenarios involucra también la incapacidad para reconocer el daño físico y actuar en consecuencia. Esta inmunidad llevaría a que tras pocos días miles de zombies sufrieran de huesos rotos, ligamentos destruidos y extremidades completamente inútiles… haciendo más difícil su cacería de nuevas víctimas.
Una manera muy poco eficiente de dispersar la infección
Sin embargo, la razón más importante por la que un apocalipsis zombie está condenado a un fracaso más bien rápido se debe a la incapacidad de esparcir la enfermedad por un medio eficiente. Cuando el primer mamífero se infectó de rabia, por ejemplo, no esparció el virus rápidamente a todos los miembros de su especie en el mundo sino que sencillamente mordió a algunos de ellos y murió… y la rabia siguió siendo una enfermedad más bien poco común entre todas las especies. Así mismo, un zombie que necesite morder (o generar una herida abierta) a una persona para infectarla es un zombie que tardará mucho en infectar suficiente gente para reemplazarlo cuando muera (que, según vemos, será más bien pronto).
Efectivamente, las enfermedades más temibles son aquellas en las que el medio de transmisión es altamente eficiente y silencioso, como la influenza, la peste negra o el cólera. Una enfermedad que se transmite por heridas abiertas resulta extremadamente ineficaz y normalmente desaparecería en poco tiempo. Además que tenemos que tener en cuenta que para infectar una persona, el zombie necesita alcanzarla primero, y esto implica enfrentarse a una víctima potencialmente armada y capaz de hacer bastante daño.
La conclusión de los científicos es que, a menos que el virus encuentre una manera más eficiente de esparcirse o sea capaz de permanecer latente por largos periodos de tiempo (o que brinde a los zombies habilidades por encima de lo común), una horda de estas criaturas estaría condenada a morir antes de ser capaz de reemplazarse y, a largo plazo, la infección remitiría en más bien poco tiempo (quizás algunas semanas)… incluso suponiendo que una gran parte de la población, por algún motivo, resultase infectada de un momento a otro.
Y tú, ¿qué opinas con respecto a esto? ¿Crees que un apocalipsis zombie podría llevar al final de nuestra civilización?
Fuente de imágenes: 1: apocalipsiszombi.files.wordpress.com, 2: biotecmur.com, 3: media.liveauctiongroup.net.