Los misterios de Baikal
El meteorito que hoy es noticia no es más que el culmen de toda una plétora de historias que rodean al Lago Baikal, el cuerpo de agua dulce más grande del mundo. Ya hemos hablado de la desaparición de veleros, de la aparición de círculos misteriosos e incluso del recurrente avistamiento de objetos, acuáticos y aéreos, en las inmediaciones de la zona. Pues bien, un meteorito parece haber caído recientemente cerca de las costas del lago, añadiéndose a una creciente lista de fenómenos peculiares en la hermosa localidad rusa.
El Meteorito
El hecho ocurrió el pasado 22 de octubre cuando algunos radares rusos detectaron lo que parecía ser un meteorito particularmente lento que cayó a menos de un kilómetro de las costas en el agua del lago. El meteorito fue el primero en haber sido detectado por las dos estaciones automáticas ubicadas hace poco tiempo en el cercano Valle del Tunka por la Universidad Estatal de Irkutsk, que se encuentran alejadas de zonas luminosas y pueden detectar un promedio de 40 meteoritos por noche.
De acuerdo con Kirill Ivanov, investigador de la UEI, el objeto viajaba a algo más de 13 km/s, pesaba poco más de un kilogramo y medía apenas unos 10 centímetros, pero sin embargo fue capaz de resistir la fricción que genera la atmósfera y acuatizar sin problemas. El investigador cree que el objeto se generó en el cinturón de asteroides y se desvió de su órbita por la influencia de Júpiter.
El escepticismo de los habitantes
Que una temporada particularmente anómala de avistamientos termine con el aterrizaje de una bola de fuego en el lago es algo que muchos habitantes de la región no han sido capaces de pasar por alto. Muchos afirman que las autoridades rusas están ocultando algo y que el lago es lugar de experimentos, de contactos o de criaturas cuya existencia no se quiere revelar.
Otros, por su parte, afirman que el lago es núcleo de una serie de fuentes energéticas que no han sido aún descubiertas y que por ello atrae este tipo de fenómenos, que esperan comiencen a develarse en las próximas décadas gracias al interés de la Universidad Estatal de Irkutsk.
Fuente de imagen: asiapacifico.utadeo.edu.co