Los problemas de la radiación
Luego del accidente en la planta nuclear de Fukushima como consecuencia del terremoto del 11 de marzo de 2011 las alarmas se encendieron en el mundo desarrollado. De nuevo el mundo se encontraba ante los peligros de la radioactividad, que ya había mostrado, en varias ocasiones, los terribles efectos de esta energía cuando se sale de control
Sin embargo, las cosas no fueron tan mal. Por ahora las consecuencias en las personas parecen no haber sido tan críticas y las instituciones niponas aseguran que no hay peligro para los seres humanos, pero algunos siguen escépticos de esas afirmaciones (que, aseguran, se hacen solo para mantener la calma) y afirman que las verdaderas consecuencias están por verse.
Periódicamente la aparición de malformaciones parece dar razón a estos alarmistas. Ya hemos hablado de las margaritas mutantes de Fukushima; hoy hablaremos de una nueva aparición: un siluro mutante en los mares del Pacífico Norte.
El hallazgo del pescador
Si algo, a Hirasaka Hiroshi se le ve más contento que cualquier otra cosa con su gigantesco hallazgo. Se trata, se cree, de un siluro inmenso, de más de 2 metros de longitud (cuando normalmente estos animales no superan el metro con 20 centímetros). El monstruo parece también haber sufrido mutaciones, pues su boca es anormalmente grande: sería capaz de tragarse a un niño entero.
Los siluros son animales carroñeros, acostumbrados a rondar las profundidades y a alimentarse de todo lo que encuentren allí. En los últimos años, los análisis han indicado niveles de radiación en los peces hasta 2.500 veces superiores a los límites legales, lo que indica que los efectos de la radiación en los animales marinos podrían haber sido mucho más letal que en la superficie.
El pez en cuestión se pescó en la isla de Hokkaido, en el norte del país insular y cerca de las costas de Japón. Queda por ver si muestra altos niveles de radiación… y de ser así, si alguien está dispuesto a consumirlo.
Fuente de imagen: metrouk2.files.wordpress.com