De acuerdo a la definición que da la Real Academia Española de la Lengua en su Ortografía, la Raya puede ser entendida como un signo de puntuación, expresado a través de un breve trazo horizontal (—).
Forma correcta de emplearse
De esta manera, la Academia también advierte que en ningún momento la Raya (—) debe ser confundida con el Guión (-) el cual es de menor tamaño que la primera. Así mismo, en su forma de empleo, la Academia dicta que cuando se usan Dos Rayas, para introducir textos o incisos, estas deben encerrar la oración, sin que exista ningún tipo de separación entre cada una de las rayas y las palabras del inciso con las que tienen contacto, mientras que sí guardan un espacio de separación con las palabras del texto que contiene el inciso. Por el contrario, si a la última Raya le sigue un signo de puntuación, como por ejemplo un punto o una coma, entonces tampoco se dejará espacio.
Sin embargo, ante esta explicación, resulta pertinente colocar un claro ejemplo de cómo debe ser empleado correctamente el signo de puntuación de las Dos Rayas en cada caso. A continuación, algunos ejemplos:
Cuando al inciso sigue una palabra
Si el inciso introducido a través del uso de las Dos Rayas, se encuentra enmarcado por palabras, las rayas deben guardar distancia de un espacio de las palabras que le sirven de marco, pero permanecer de forma correspondiente a las palabras inicial y final de la oración que han introducidos:
La casa de la Florida era el lugar de recogimiento de la familia. En ella —desde que podía recordar Lucía— se habían refugiado de sus penas los hombres de la familia por generaciones.
Cuando al inciso lo sigue un signo de puntuación
Si por el contrario, la oración introducida es continuada por un signo de puntuación, bien sea para continuar el texto o finalizarlo, entonces existirá espacio entre la palabra que le sirve de marco de forma anterior, mientras que la segunda raya o la Raya de cierre está en contacto directo con la palabra final del inciso y el signo de puntuación:
El edificio estaba vacío, sólo unos pocos muebles revelaba que en algún momento había habido vida entre esas paredes, sin embargo, Pedro seguía visitando el caserón —como lo hacía hace veinte años para entregar el periódico—, dejando el diario en el gastado tapete de bienvenida, sin importar que solo lo leyera el olvido.
En cambio, por cuestiones de estilo, algunos correctores optan por suprimir la raya de cierre, en caso de que el inciso constituya una oración final, y sea seguido de un punto final:
Carlos llegaba siempre a las seis, para entregarle una docena de rosas rojas, un beso y una compañía silenciosa. Cuando vio el paquete de claveles sobre la mesa, supo que su amor había sido abandonado. No obstante, continuó su rutina como de costumbre, estaba totalmente segura de que regresaría: los claveles eran rojos también, señal inequívoca de las dudas que habían acompañado su decisión –así lo pensaba ella.
Usos de las Dos Rayas
Así mismo, la Real Academia Española de la Lengua también se ha dado a la tarea de explicar los diferentes usos que puede tener este signo de puntuación, el cual entonces es empleado durante el desarrollo del texto, en los siguientes casos:
Incisos
Las Dos Rayas son la forma por tradición en la cual los escritores se dan a la tarea de introducir incisos en el texto, a fin de que cumplan el papel de introducir aclaraciones. Por ejemplo:
El hermano Luis –el sacerdote que la noche anterior le había entregado el libro- era un hombre entrado en años.
Incisos dentro de incisos
Como segundo signo de puntuación dentro de las aclaratorias, es decir, para introducir incisos dentro de los incisos, por ejemplo cuando se ha usado en principio un paréntesis:
La Primavera llegó con buenas noticias (era 1945 –final de una guerra terrible- y Europa estaba devastada) al menos su familia había sobrevivido entera al peor horror conocido hasta ahora por la humanidad.
Para introducir diálogos
Aunque suele ocurrir que los redactores o dramaturgos usen el signo de guión (-) para introducir los diálogos de las obras dramáticas, en realidad el signo de puntuación correcto para esta función es la Raya (—) con la cual se irán introduciendo cada una de las intervenciones de los personajes involucrados:
— ¿Dónde estabas?
— En casa.
— Vengo de allá y no abriste.
— La tristeza no me lo permitió.
Incluir aclaraciones del narrador
Es usual también que dentro de un texto narrativo, el autor use la Raya para introducir algunas aclaraciones dentro del diálogo o narración. Por ejemplo:
— Jaime llegó la última noche con el corazón revuelto por un odio antiguo —su padre había sido asesinado en esa casa.
Si por el contrario, la aclaración no ocupa la última oración, sino que forma parte del texto, entonces deberán usarse Dos Rayas:
Todos salieron a ver de donde provenían tal escándalo –segundos antes dos disparos antecedieron a los gritos desgarradores de una mujer- encontrando a Maritza llena se sangre, todavía gritaba, pero cada vez eran más frecuentes las carcajadas. Pedro yacía en el piso muerto.
Aclaraciones dentro de la transcripción
Finalmente, la Academia señala que las Dos Rayas cumplen también con la función de introducir aclaraciones o comentarios, por parte del transcriptor, cuando se hace referencia a una cita textual de lo dicho por un tercero, por ejemplo:
En las próximas horas —señaló el Director de la Policía— nuestros agentes tomarán el control de las investigaciones, y no descansarán hasta lograr descubrir al culpable.
Imagen: elpensante.com