Pócimas para sacar demonios
En las iglesias católicas es muy usual escuchar explicaciones ultra-terrenas relacionadas con demonios que entran estrepitosamente en los cuerpos de las personas y los animales, también es frecuente encontrar películas sobre estas situaciones sobrenaturales como la famosa película de El Exorcista o El bebé de Rosmary de Roman Polansky.
Por ello tenemos la imagen de una persona que puede ponerse agresiva, gritar, hablar lenguas y lograr que sus ojos salgan de sus órbitas. A esto se le conoce como alguien poseído por un demonio. En este caso vamos a ver algo interesante en relación con los famosos exorcismos y son algunas de las pócimas que el clero utiliza para sacar los demonios, pero no solo eso; las utilizan para las personas que asisten mucho a la iglesia, con el propósito de sacar la maldad.
Las oraciones, medallas de San Benito, hojas de papel con el nombre de Dios, cruces, estampillas y velas son unas de las muestras conocidas para defender el cuerpo y a los familiares y amigos del mal, pero la iglesia ha elaborado métodos medicinales más alimenticios para su propósito de defender a la humanidad del infierno y el segundo juicio, a continuación conoceremos uno de ellos:
Ajo para espantar demonios y vampiros
La escena de Drácula muriendo por los ajos puestos alrededor de su cuello es una imagen que nos lleva a preguntarnos ¿cuán eficiente es este fruto de la tierra para alejar el mal? La respuesta es inmediata en las comunidades católicas que ingieren el producto, aunque “exorcizado”), en donde el ajo es rezado y con otros productos se va consiguiendo el producto final para alejar demonios como los vampiros.
Los sacerdotes y los consumidores de esta religiosa preparación del ajo describen las cualidades del antídoto como dador de carisma. También elimina los síntomas de cosas malas que las personas tienen en su cuerpo, no las enfermedades en sí mismas pero si los síntomas que indican que una persona va por mal camino. Aunque los casos más representativos sobresalen porque los tomadores de esta pócima caen al suelo, convulsionan e incluso pierden el conocimiento por un par de horas.
Este bactericida conocido más por el nombre de “jarabe de cebolla” se logra con la siguiente preparación: agua bendita, puesta a fuego bajo con cebolla, adición de miel y azúcar y listo. Tradicionalmente se habla de tomar tres tazas al día que tienen que quedar bien revueltas. Se supone que con el tiempo las personas que lo toman se sienten mejor.
Dicen los clérigos que esto es una forma de exorcizar a las personas, es muy usado por los conventos en su lucha contra todo lo relacionado con el diablo.
Fuente de imagen: big-garlic.com