9/11
A partir de los atentados del 11 de septiembre (expresados en la jerga norteamericana como 9/11, pues ellos ponen primero el mes y luego el día) cambió mucho en la realidad norteamericana. Con la aprobación de leyes polémicas – y en particular de la llamada “Acta Patriótica” – aumentaron mucho los poderes de las instituciones de vigilancia y espionaje y se coartaron los derechos de millones de ciudadanos.
En su momento muchos consideraron el Acta Patriótica como una especie de Caballod e Tryoa que había sido lanzado por el gobierno con el objetivo de convertir a los Estados Unidos en una Autocracia (algo que ya debatimos en este artículo). La conmoción del radicalismo de dicha acta llevó incluso a muchos a declarar abiertamente que todo había sido un atentado de falsa bandera destinado a limitar las libertades del país que algunos llaman “La Tierra de la Libertad”.
A raíz de los atentados la CIA tuvo acceso a nuevos derechos. Pero dentro de la agencia también comenzó una búsqueda de poder que los llevó a comenzar un sistemático refinamiento de sus herramientas de tortura, bajo el auspicio de una autorización secreta del Departamento de Justicia que les permitía “el uso de técnicas de interrogación aumentadas”. Una investigación del Senado de los Estados Unidos reveló hace aproximadamente un año los detalles de dichos métodos que, aunque se sabía que existían (fueron derogados por Obama en el 2009) no se sabía exactamente en qué consistían.
Las técnicas de tortura de la CIA
Dentro de los métodos revelados por la investigación del Senado se encontraban torturas que apelaban al frío (se documenta que al menos un prisionero murió de hipotermia) y a la privación de sueño, cuyos efectos ya hemos visto en varios artículos (como éste y éste). Sin embargo aquí no terminaban las nuevas torturas, que buscaban, en palabras de un alto oficial, “ejercer un control total del detenido”.
Algunas de las torturas ya las conocemos e involucraban, por ejemplo, sumergir a los detenidos en un tanque con agua hasta que casi se ahogaban. Sin embargo otros métodos eran menos ortodoxos y obligaban a los detenidos a ponerse de pie… luego de haberles roto las piernas.
La tortura psicológica parece ser también algo común: eran comunes las acusaciones y las amenazas, incluyendo que iban a matar a sus familias y a violar a sus esposas. También se les gritaba que habían sido detenidos para morir allí llegando incluso a brindar detalles de su futuro entierro. Y un oficial aceptó haberse visto involucrado en algún tipo de abuso sexual.
Una de las torturas más horribles que sufrieron los detenidos era la llamada “alimentación rectal” o “hidratación rectal”, lo que significaba que al menos una parte del agua y el alimento que requerían se les introducía por el ano.
El fracaso total de la CIA
En total la Agencia gastó unos 80 millones de dólares solo en contratos de outsorcing. De acuerdo con la investigación del Senado el proyecto era un completo desorden al punto que aunque se documentan 119 detenidos, la CIA sólo responde por 100. Así mismo la misma Agencia aceptó que 26 de los detenidos no tenían ningún lío con la justicia o vínculos con grupos ilegales.
Y de acuerdo con las investigaciones del Senado, esto no sirvió para nada. Los testimonios obtenidos bajo tortura no decían nada verídico, algo lógico pues un custodio bajo tortura dirá lo que sus carceleros quieren oír. Se comprobó que la información obtenida no era cierta: muchos aceptaron cargos que luego se probaron inverosímiles. Y lo que es peor, prácticamente nada de información útil se obtuvo con estos métodos.
De acuerdo con el Senado la información podría habido obtenerse con medios más… humanos, aumentando así la eficiencia del programa y disminuyendo los gastos. La comisión afirmó que los métodos usados por la CIA eran “reliquias de la Guerra Fría usadas para obtener falsas confesiones en los regímenes autoritarios” cuya nula eficiencia estaba universalmente demostrada. ¿Por qué, entonces, usar esos métodos tan sanguinarios? Es como si no les interesara obtener información, solo infligir dolor y sufrimiento.
La única razón que cabe pensar es la obsesión de control. Es la embriaguez de poder que parece caracterizar a muchos líderes y en este caso a los miembros de la CIA. No querían cumplir con su trabajo, solo querían disfrutar haciendo daño a quienes consideraban enemigos de su país… así sus acusaciones fueran meras suposiciones y no tuvieran idea de qué hacían estos hombres allí. Se trata, parece ser,
Afortunadamente el Senado de los Estados Unidos parece no ser aún una entidad tan corrupta como para dejar pasar por alto estas cosas y pudo destapar el escándalo. Preocupa, sin embargo, que cosas así sigan sucediendo en el país más poderoso del mundo. ¿Estamos en peligro los ciudadanos de otros países por culpa de los aparentes delirios de poder de la CIA, la NSA y otras organizaciones estadounidenses? ¿Sucederá algo semejante en el futuro sin que nadie destape el escándalo?
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