Antiguas leyendas del Cáucaso
El hombre salvaje de Mongolia
Escondido en las montañas del Cáucaso y de Palmir, en Asia central, y en los montes Altai de Mongolia del sur, se dice tradicionalmente que habita una criatura llamada “Almas” (literalmente hombre salvaje en mongol). Se trata de un ser semejante a un humano, pero al contrario que el Yeti o Pie Grande, su tamaño es casi el mismo que el nuestro y su principal diferencia es la abundancia del vello corporal.
Existe una diferencia fundamental entre “Almas” y criaturas como Pie Grande y el Yeti: su rango geográfico y las culturas que hacen referencia a su existencia. Pie Grande se encuentra en las montañas del oeste norteamericano y es un asunto más bien reciente, mientras que las leyendas del Yeti, aunque antiguas, lo ubican en lo alto de la cordillera del Himalaya… un espacio más bien reducido. Sin embargo, “Almas” habitaría a lo largo y ancho de Asia central, desde las montañas del Cáucaso en la actual Bulgaria hasta el suroeste mongol. Es mencionado en repetidas ocasiones por búlgaros, turcos, chechenos, armenios y mongoles y se considera una leyenda compartida por todas estas culturas.
Características de Almas
“Almas” es una palabra singular en mongol (el plural sería “almaslar”). El homínido estaría caracterizado por una estatura de entre 1.60 y 1.90 metros al caminar bípedo (que sería su estado natural), un cabello rojizo o marrón, rasgos antropomórficos en el rostro y una actitud más “humana” que simiesca. Su registro tiene una larga data, pues ha sido compañero de los habitantes humanos de la región por milenios y aparece registrado en innumerables fuentes escritas. Lamentablemente, jamás ha sido grabado o fotografiado.
Almas en la Historia
Uno de los registros más famosos de la criatura lo presenta Hans Schiltberger, un viajero alemán, mientras viajaba hacia el oriente como prisionero del Gran Khan en 1420. Los demás registros presentados por Schiltberger en su libro – como el caballo de Przewalski – probaron ser verídicas, y el viajero además encontró que los seres aparecían en tratados médicos tibetanos.
Este punto es muy importante porque, al contrario que sus contrapartes europeos, los tibetanos jamás pusieron criaturas mitológicas en sus libros de medicina. Todas las referencias en sus tratados son de animales que existían y con los que tenían contacto. Y más importante, decenas de poblaciones mongolas admiten haber convivido y comerciado con “almaslar”, a sus niños les parece natural hablar de estas criaturas. Todo esto ha llevado a postular a varios científicos, dentro de los que se destaca la antropóloga británica Myra Shackley, a afirmar que no se trata de una leyenda, sino de una población remanente de algún homínido antiguo.
¿Existe en verdad?
¿De quién podría tratarse?
Hasta el momento se presentan dos candidatos viables para la misteriosa especie: o bien el Homo Neanderthalensis o una subespecie del Homo Erectus, ambos de los cuales habitaron en partes de lo que es hoy el rango de “Almas”. Lamentablemente, la ausencia de pruebas no permite saber a ciencia cierta la especie del animal o, incluso, su supervivencia, pues si bien las pruebas apuntan a su existencia real, la presión sobre las regiones que habita podría haberlo llevado a la extinción.
Un caso reconocido
Existe un caso famoso de una “Almas” capturada en el Cáucaso, a poco más de 70 kilómetros de la villa de Sukhumi. Conocida como Zana, era una mujer salvaje que fue capturada en el campo, y aunque se resistió a dejarse atrapar, al final aprendió a convivir con sus captores. Zana habría tenido un número desconocido de hijos con uno de los habitantes de la villa, de los cuales cuatro habrían vivido vidas completamente normales, y los demás habrían muerto en la infancia. Análisis genéticos de sus descendientes y de los cráneos de sus hijos revelan que, si bien es humana, presenta rasgos diferentes y podría haber diferido hace más de 100.000 años de los humanos modernos.
Una leyenda en el resto del mundo, “Almas” parece parte de la cotidianidad para muchos habitantes de las zonas rurales de Asia central. Por una vez, un reclamo de la criptozoología parece estar más cerca de la verdad que de la ficción. ¿Crees que estos hombres puedan existir?
Fuente de imágenes: 1: cryptomundo.com; 2: 1.bp.blogspot.com.