Una teoría particular
Hace 20 años un productor de cine notó que en algunas tomas al aire libre aparecían pequeñas manchas que se movían a gran velocidad de un lado a otro de la pantalla. Molesto porque las manchas no le permitían ver con claridad la toma, se acercó a la imagen para poder detallarla y comenzó a darse cuenta de que lo que parecía un error de la cámara en verdad debería ser algo diferente.
El fotógrafo se llama José Escamilla y está convencido de haber hecho uno de los mayores descubrimientos de las últimas décadas. Tras convencerse de que no se encontraba ante un error de cámara, comenzó a revisar tomas anteriores de su empresa y se encontró con muchas otras tomas que mostraban las mismas manchas. Ya convencido de que se encontraba ante algo nuevo, se comunicó con diversos colegas y para su sorpresa encontraron que muchos de los videos tomados al aire libre mostraban estas pequeñas manchas alargadas, las cuales comenzaron a tomar forma: la de una criatura semejante a un insecto que se mueve por el aire a gran velocidad usando una serie de alas (o aletas) continuas.
A partir de estos descubrimientos Escamilla propuso la teoría de los “rods”, animales desconocidos que se mueven por el aire a una velocidad demasiado alta para ser vistos por los seres humanos. Su morfología sería la de un gusano con una fina membrana a lo largo de su eje (como una sepia) que utilizaría para volar a grandes velocidades. Sus costumbres, su alimentación y sus características biológicas son hasta el momento desconocidas, porque, lamentablemente, no se ha capturado aún ninguna de estas criaturas.
Los rods parecen existir a lo largo y ancho del mundo, pero solo aparecen en tomas al aire libre. Su velocidad es difícil de calcular a partir de los videos existentes, pero indudablemente es muy alta para que el ojo humano pueda percibirlos. Cualquiera puede tomar una cámara y descubrirá en sus tomas al aire libre que aparecen muchas de estas pequeñas criaturas. El misterio, sin embargo, permanece vigente, pues ha sido imposible demostrar la existencia de estos animales de manera física – esto es, capturando uno – por lo que la teoría no ha sido demostrada.
¿Existen pruebas de la existencia de los rods?
Ante las afirmaciones de que en realidad se trata de errores de observación, y que biológicamente tales criaturas no podrían existir sin que nos diéramos cuenta de ello, diversas personas argumentan la naturaleza sobrenatural de los rods, los cuales serían criaturas extraterrestres o habrían adquirido propiedades cuánticas. Estos argumentos establecen que así como son capaces de volar a gran velocidad, los rods son capaces de vivir sin alimentarse o de evitar obstáculos con los que se supone que ya habían chocado. Estas teorías son poco reconocidas incluso por los mayores defensores de la existencia de las criaturas, pero es importante tenerlas en cuenta.
Si bien muchos argumentan que los rods no son sino insectos, lo cierto es que las cámaras han grabado a varias de estas criaturas que podrían fácilmente superar los tres metros de longitud, lo que descarta que se trate de estos pequeños animales. Lo cierto es que aunque es complicado establecer la existencia de estos animales, la evidencia está allí y cualquiera puede comprobarlo.
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