Objetos que no deberían estar allí
Se conoce como un “artefacto fuera del tiempo” a un objeto que aparece en un lugar en el que, por lógica, no podría estar. Se conocen centenares de casos de supuestos artefactos fuera del tiempo, pero hasta el momento son pocos los que carecen de una explicación lógica.
Uno de ellos es conocido como el “Artefacto de Kingoodie”, que se encontró en Escocia en 1844 mientras se retiraba arenisca de una cantera. De acuerdo con Sir David Brewster, quien se encontraba en la zona de obras, el clavo apareció mientras el bloque de piedra se preparaba para su trituración. De acuerdo con Brewster (un reconocido naturalista de la época) el clavo apareció con alrededor de 12mm incrustados en la roca y el resto libre, en la superficie, y fue necesario romper la roca para poder sacarlo de allí.
Lo más intrigante del asunto es que este clavo no podría pertenecer a ninguna civilización humana, pues las zonas de arenisca roja donde se encontró pertenecen al periodo devónico (entre 360 y 408 millones de años atrás). La calidad aislante de la roca habría protegido al clavo del óxido, pero aun así se encontró en un estado bastante degradado.
Debido a lo temprano del hallazgo, no existe más que la descripción del naturalista (que hasta el momento no ha sido cuestionada): no hay fotos o imágenes del artefacto ni (lamentablemente) análisis químicos del mismo, solo existe el registro que nos indica que se trataba sin lugar a dudas de un clavo. Entonces, ¿cómo llegó allí?
Las teorías sobre el misterioso clavo
La primera opción, que a muchos les gustaría, es que sea la herencia de alguna civilización antiquísima, pero si hubo tal cosa no existen más registros de ella. Además, el desarrollo intelectual de los animales que conocemos de la época no parece hacer viable la existencia de dicha civilización… aunque podría tratarse de una herramienta dejada por visitantes de otro planeta.
La segunda opción, algo más interesante, tiene que ver con la posibilidad de que el clavo se hubiera transportado en el tiempo o, al menos, en el espacio, para aparecer en medio de la arenisca. Los motivos por lo que esto hubiera sucedido aún no se conocen, pero se puede hacer todo tipo de elucubraciones al respecto.
Por último, se podría pensar que el objeto se formó naturalmente, por algún azar de la geología, en este periodo. Esto, aunque increíblemente improbable, podría haber sucedido una vez en más de 3 mil millones de años, así que no es tan irreal.
Y tú, ¿Cómo explicarías el clavo de Kingoodie?
NOTA: muchas fuentes afirman que no hay imágenes del artefacto, sin embargo, una búsqueda en google brinda una imagen del mismo, la cual pongo al principio del artículo. No me fue posible verificar la autenticidad de la misma.
Fuente de imagen: i1.wp.com