La órbita de la Luna en torno a la Tierra, y la trayectoria del Asteroide
Asteroides
Entre Marte y Júpiter se encuentra en Cinturón de Asteroides, un vasto territorio en nuestro sistema solar en el que se encuentran miles de millones de cuerpos rocosos. De vez en cuando, debido a los efectos gravitacionales de Marte y Júpiter, alguno de estos cuerpos se sale de su órbita y comienza un trayecto que lo acerca a otros planetas, entre los cuales puede encontrarse la Tierra.
A lo largo de los millones de años de historia planetaria la Tierra ha sido golpeada por una cantidad inimaginable de estos cuerpos (y de otros provenientes de sistemas diferentes), en ocasiones desencadenando episodios de catástrofe mundial que terminaron en extinciones masivas. La más conocida – pero no la única – tuvo que ver con la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años.
En la actualidad, diversas agencias espaciales vigilan de manera permanente los cielos para garantizar que un monstruo como el que acabó con los dinosaurios (que, se calcula, podría haber tenido hasta 180 kilómetros de diámetro) no termine con nuestra civilización.
Pero aunque rastrear estos titanes es relativamente fácil hay asteroides más pequeños que podrían causar daño considerable y son de mucha mayor dificultad para encontrar. Y uno, hace pocos días, pasó a una distancia peligrosamente cercana de nuestro planeta.
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El asteroide en cuestión, de acuerdo con el Centro Menor Planetario de la Unión Astronómica (MPC por sus siglas en inglés) pasó a menos de 100.000 kilómetros de la Tierra. Para hacernos a una idea de lo que esto significa, la Luna está a 300.000 kilómetros y el asteroide pasó a 1/3 de esta distancia. Algo francamente angustiante.
De acuerdo con la NASA, eventos como estos no son tan raros como creeríamos. A fin de cuentas, pocos asteroides llevan tan baja velocidad como para caer en el vórtice de la gravedad terrestre y la Tierra misma mide apenas unos 12.000 kilómetros de diámetro. Es un blanco bastante estrecho.
Pero el hecho de que estos asteroides abunden no es un llamado a la calma. Al contrario, aunque no pongan en peligro la vida en todo el planeta serían perfectamente capaces de acabar con cualquier ciudad y, si caen en el lugar adecuado, matar a millones de personas.
Pero bueno, no hay mucho que podamos hacer para evitarlo. Aunque la NASA y otras agencias tienen herramientas para detectarlos, es común que pasen desapercibidos. Y que nos demos cuenta cuando ya están al lado nuestro.
O, en el peor de los casos, a punto de chocar.
Imagen: twitter.com