La gran armada
Napoleón Bonaparte es reconocido especialmente por haber aplastado a los rusos y a los austriacos en Austerlitz (República Checa), además la victoria francesa cambió la configuración política y social de la Europa del siglo XIX. En todos los pueblos austriacos se le temió tanto a Napoleón que se consideraba que este hombre era un demonio.
Podía aplastar fácilmente los ejércitos históricos que venían con un pasado lleno de victorias y títulos profundos. El Sacro Imperio Germánico era la cuna de la civilización occidental para muchos habitantes de Europa y la Madre Rusia era un imperio gigantesco. Napoleón los aplastó en una sola batalla utilizando únicamente la estrategia militar.
Antes del 2 de Diciembre de 1802 (día que inició la batalla), las avanzadas francesas habían sido preocupantes, Viena había caído en manos francesas y las líneas de abasto de “La gran armada francesa” eran excelentes. Aun así Napoleón quiso dar su golpe final y ser el dueño del continente europeo de una buena vez.
El ejército francés estaba compuesto por más de 350.000 soldados entrenados en la nueva estrategia militar. La artillería francesa y la caballería eran las dos armas que tenían el poder de definir las más cruentas luchas, pues eran usadas con mucha inteligencia en las batallas de los cinco años anteriores a Austerlitz. Recordemos que los franceses tenían una clara desventaja y era su minoría respecto a la cantidad de combatientes rusos y austriacos.
Los ejércitos de “la tercera coalición”, tratado de alianza entre rusos, austriacos e ingleses estaban muy confiados para la batalla, aunque los rusos seguían una lucha anticuada, suministrando muy mal a la infantería, dejando que en las filas murieran los efectivos por culpa de la disentería y otras infecciones. Los austriacos también estaban débiles, ellos no eran grandes estrategas como Napoleón Bonaparte.
La estrategia
Unos meses antes Napoleón comenzó avanzar hacia el oriente europeo, cruzó el Rin y buscó perseguir a los soldados enemigos para saber sus posiciones. Mientras tanto en las negociaciones Napoleón buscó mostrarse débil, como si temiera que lo derrotaran. Hacía movimientos tácticos muy malos con sus escuadrones e intentaba que los rusos y austriacos creyeran que podían atacarlo directamente.
Eso a Mijail Kutuzov, el general ruso a cargo del ejército, le hizo ganar seguridad y se movió para doblegar a los franceses junto con los generales austriacos. El sitio era Austerlitz, una zona llena de campos y neblina que Napoleón había estudiado muy bien en secreto, tomando las mejores posiciones y dejando una parte de su ejército como una carnada para que lo atacaran.
La batalla
Muy temprano comenzaron los cañones a destruir las líneas de infantería francesa. El ala derecha de Napoleón era un franco débil que la coalición atacó con todo. Era la creencia fija de que Napoleón sería sepultado allá.
Los poderosos coraceros al mando del brillante general Murat entraron a apoyar este franco afectado, las divisiones de soldados dieron fuego contra los enemigos generando mucho miedo entre la coalición. Incluso el enfrentamiento llegó a ser tan cruento que se acabaron las balas y tuvieron que combatir con las bayonetas, dejando el suelo rojo de tanta sangre. La neblina ocultaba muy bien la masacre.
El franco izquierdo del ejército francés estaba muy bien resguardado. La fuerza de élite, la guardia imperial, fue enviada a destruir el franco central de los soldados enemigos, recordemos que la neblina era tan fuerte que nadie veía lo que sucedía allí.
En un momento cuando los soldados franceses empezaron a llegar por millares, la neblina se disipó y el sol salió detrás del gigantesco ejército que nadie se esperaba, esto es lo que tradicionalmente se ha conocido como “el sol de Austerlitz”. Fue tanto el coraje que agarraron los soldados que cuando los otros quisieron escapar sobre un rio congelado, la artillería francesa reventó el hielo a cañonazos, sepultando en su paso una enorme cantidad de efectivos.
El triunfo fue definitivo, el general Prozten que era el encargado del ala izquierda enrolló muy bien los soldados que escapaban y empezó la masacre a punta de bayonetazos y sablazos. Con la neblina disipada y la fiereza de la batalla, Austerlitz se convirtió en un cementerio.
27.000 soldados de la coalición murieron por estos enfrentamientos frente a 9.000 franceses que no eran más del 15% de todo el ejército que combatió. Además las posiciones de caballería francesa se movieron tan rápido que se tomaron la artillería enemiga, explotando un montón de fortines austriacos.
Vale rescatar las valientes actuaciones de los rusos, ellos fueron los primeros en atacar con un pobre regimiento muy mal organizado, aunque los cosacos fueron capaces de sembrar el miedo y el horror entre las filas francesas.
Detonantes
Con el final de esta batalla Napoleón vio crecer su aura de invencibilidad y fue aún más temido. Los prusianos buscaron organizarse para combatirlo en el futuro y los rusos perfeccionaron su ejército para nuevas luchas. Lastimosamente el Sacro Imperio cayó en manos de los franceses y empezaría una nueva temporada de mucha sangre sólo para tumbar al francés del poderío europeo.
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