Ana Bolena (Rochford Holla, en el año 1501– Londres, Inglaterra, 19 de mayo de 1536). Noble británica, quien llegó a convertirse en la segunda esposa del rey Enrique VIII y en Reina de Inglaterra.
No obstante, no pudo cumplir el deseo de su esposo de darle un hijo varón, que prolongara la dinastía Tudor, razón por la cual fue decapitada, después de ser sometida a un juicio que la condenó por adulterio. Así mismo, Ana Bolena fue la madre de Isabel I, (reina Elizabeth, en inglés) una de la reinas más importantes de Inglaterra, y a quien solo pudo criar hasta la edad de tres años, cuando fue separada de su hija y llevada a prisión.
Vida temprana
Ana Bolena nació en el año 1501, en Rochford Hall, condado de Essex, Inglaterra, convirtiéndose así en la hija de sir Thomas Boleyn y de Isabel Howard, hija del conde de Norfolk. Con los años su padre iría acumulando títulos, convirtiéndose consecutivamente en vizconde de Rochford y conde de Wilshire y Ormonde. De esta forma, Ana Bolena pertenecía a una de las familias nobles de mayor influencia en Inglaterra. Esta futura reina pasó sus primeros años de vida en Francia, donde tuvo la oportunidad de formarse en la corte de Francisco I, donde recibió una sólida educación académica y social, que la prepararía para el rol que le tenía deparado el destino. En 1522, a la edad de veintiún años, Ana Bolena regresó a Inglaterra, donde asumió el cargo de Dama de Compañía de la reina Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII.
Romance con Enrique VIII
Desde su llegada a la corte de Inglaterra fue centro de todas las miradas, inspirando gran admiración por su delicado porte, lo cual le propinó varios pretendientes y admiradores, dentro de los que se encontraba también el Rey. Por su parte, Ana Bolena comenzó a prestar atención a lord Henry Percy, quien pidió su mano. No obstante, Enrique VIII, le ordenó al cardenal Wolsey que impidiera la boda. Obtenido su objetivo, Enrique VIII se acercó a Ana Bolena. Después de un tiempo ambos comenzarían una apasionada relación.
Para ese momento, Enrique VIII había decidido no dar más oportunidades a su esposa Catalina de Aragón, quien aunque le había dado dos hijos, estos nacieron muertos. Sólo la hija de la pareja, María, había sobrevivido. Sin embargo, la edad de Catalina la dejaba fuera de toda esperanza de complacer al Rey en su deseo de procrear un hijo varón, heredero al trono. Con el objetivo de separarse de la Reina Catalina y casarse Ana Bolena, Enrique VIII solicitó al Papado que anulara su matrimonio, lo cual abrió un conflicto entre la corona de Inglaterra y la Iglesia católica, que se extendió por dos largos años.
Finalmente, el papa Clemente VII negó la anulación del matrimonio, probablemente por las presiones a las que fue sometida por el trono español, por ser Catalina descendientes de los reyes católicos, así como tía de Carlos V, rey de España y Emperador de Alemania. La decisión papal, contraria a los deseos de Enrique VIII, marcó la ruptura definitiva entre Inglaterra y la Iglesia Católica. De esta forma la Iglesia nacional inglesa se separó oficialmente de la jurisdicción papal, adoptando un nuevo culto: la Religión Anglicana, lo cual significó una gran crisis para el cristianismo.
Coronación y matrimonio con el Rey
El 25 de enero de 1533 se casó -por la religión luterana y en secreto- con Ana Bolena, quien según señalan algunos historiadores se encontraba embarazada. Cuatro meses después, en abril, Thomas Cranmer, recién arzobispo luterano de Canterbury, declaró la total nulidad del matrimonio católico entre Enrique VIII y Catalina de Aragón. Poco tiempo después, Ana Bolena fue coronada como Reina de Inglaterra, durante una ceremonia llevada a cado el día de Pentecostés, en la Abadía de Westminster. En septiembre de 1533, a nueve meses de haberse casado con Enrique VIII y para decepción de éste, dio a luz a una niña, a la cual bautizaron con el nombre de Isabel.
El Rey sin embargo decidió esperar a que su esposa lo hiciera padre de un heredero. Por su parte, durantes el próximo año, la nueva Reina apartaría de la corte a la hija de Catalina de Aragón, María, a quien degradaría, quitándole su posición de princesa y convirtiéndola en dama de compañía de su hija Isabel. En 1534, las esperanzas del Rey volvieron a verse frustradas cuando Ana Bolena tuvo un aborto. En 1535, la Reina volvió a quedar en estado, sorprendiendo al Rey al dar a luz, unos meses después, a principios de 1536 a un niño. No obstante, la criatura falleció a las pocas horas de haber nacido, condenando a su madre al repudio por parte del Rey.
Caída en desgracia y ejecución
En mayo de 1536, Enrique VIII rechazó públicamente a Ana Bolena, durante un torneo en Greenwich. Al día siguiente, fue separada de su hija de tres años, Isabel, y llevada bajo arresto a la Torre de Londres. Por órdenes de Rey se le abrió un proceso judicial, siendo acusada de cometer adulterio en varias oportunidades y con cinco individuos diferentes, entre los que se encontraba incluso su propio hermano. Cargos que a la luz de las investigaciones no se han podido comprobar hasta ahora. Sin embargo, en ese momento, Ana fue juzgada, declarada culpable y condenada a la ejecución. El 19 de mayo de 1536 fue decapitada, en la Torre de Londres, donde llegó a permanecer en prisión tan sólo diecisiete días. Con el camino libre, Enrique VIII contrajo matrimonio con Landi Jane Seymour, quien finalmente le dio un hijo varón, Eduardo, quien no obstante falleció muy joven sin dejar herederos. Sus sucesoras María I e Isabel I tampoco llegaron a tener hijos, condenando definitivamente a la Dinastía Tudor a su desaparición.
Fuente de imagen: biografiasyvidas.com