Ciro II el Grande (Anshan, Persis, entre el 600 y 575 a.C – ?, entre 530 y 529 a.C). Líder militar, Líder político, Noble y Rey de la dinastía aqueménida de Persia, reconocido por haber conquistado la meseta central de Irán, así como gran parte del territorio mesopotanio, extendiendo sus dominios a través de así de Media, Lidia y Babilonia.
Igualmente es recordado históricamente por ser el fundador del Imperio Persa Aqueménida, el cual llegó a ser al más grande de los conocidos hasta ese momento. Ciro II gobernó por treinta años, desde el 559 a.C hasta el 529 a.C, sin embargo su Imperio le sobrevivió por doscientos años, hasta que sucumbió en el año 332 a.C, bajo el poder de Alejandro Magno.
Vida personal
La principal fuente biográfica sobre este emperador son los escritos de Heródoto, aunque algunos historiadores aconsejan ser cuidadosos con los datos proporcionados por este erudito griego. No obstante, la mayoría de los historiadores coinciden en señalar que Ciro II era hijo de Cambises I de Anshan, lo que lo convierte en descendiente de una larga línea de reyes, que dominaron los grupos persas del reino de Elam desde el siglo VII a.C. Según Heródoto, su madre habría sido Mandane, hija del rey medo Astiages y su esposa la princesa de Lidia, Aryneis. No obstante, algunos especialistas señalan que esto probablemente no sea más que una historia inventada, a fin de darle cierta legitimidad sobre los territorios conquistados.
Se cree que nació en Anshan, Persis, aunque no se sabe la fecha exacta de su natalicio, creyéndose que pudo suceder en algún momento entre los años 600 a.C y el 575 a.C. Igualmente, existe un debate histórico en cuanto a la etimología de su nombre, pues mientras algunos antiguos eruditos como Plutarco y Ctesias creen que el nombre “Ciro” está directamente relacionado con el “sol”, aunque otros investigadores se inclinan a pensar que puede estar más conectado con el concepto del que logra humillar a su contrincante en una discusión oral. El adjetivo “El Grande” sería usado para diferenciarlo de uno de un personaje histórico posterior, llamado Ciro el joven.
En cuanto a su matrimonio y descendencia, según las fuentes históricas, la esposa principal de Ciro II era Casandana, quien era hija de Farnaspes y también perteneciente a la familia real de la dinastía aqueménida. Con ella, Ciro II habría tenido tres hijos: Cambises, Esmerdis y Atosa. Igualmente, habría sido padre de otras dos hijas con una mujer cuya identidad no trascendió a la historia. Sus hijas Artistona y Atosa habrían sido posteriormente esposas de su propio hermano, Cambises II.
Asunción al trono y conquistas
Tras la muerte de su padre, ocurrida en el año 559 a.C, Ciro II ascendió al poder. Una de las primeras conquistas fue el territorio de Media, cuando entre los años 550 a.C y 553 a.C, trató de derrocar a su rey Astiages. Sin embargo, Ciro no tuvo que enfrentarse a este soberano, quien fue traicionado por sus propias tropas y por el comandante de su ejército Harpago, los cuales lo entregaron directamente a manos de Ciro II.
De esta forma Ciro II tomó el control de Media y de su capital Ecbatana, y regresó a su reino, llevando consigo el tesoro medo. Igualemnte, unos seis años después, aparentemente en el año 447 a.C, Ciro II marchó sobre el reino de Lidia, derrocando al rey Creso, tomando poder sobre este territorio. Después de esto, Ciro decidió expandir sus dominios hacia las ciudades griegas de Asia menor, usando para esto su ejército, el cual era comandado por Harpago, antiguo comandante del ejército medo.
Hacia el final de la década del 540 a.C, Ciro II enfiló sus tropas contra Babilonia, las cuales protagonizaron en el año 539 a.C la batalla de Opis contra los babilonios. No obstante, los persas no encontraron especial resistencia en estos territorios. El 12 de octubre de ese año, el gobernador persa Gobrias entró sin resistencia de algún tipo a Banilonia. Unos días después llegó Ciro II para tomar control sobre el territorio, en el cual había sido gobernado hasta ese momento por el rey Nabodino, quien al igual que Astiages de Media fue traicionado por sus connacionales, siendo entregado por el sacerdocio babilonio, con quien sostenía profundas diferencias religiosas.
Igualmente, bien porque tomó posesión sobre terrenos anexados a Media y Libia, o porque fue conquistándolos a su paso, Ciro II llegó a tener el control sobre los actuales territorios de Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Afganistán. Así mismo llegó a dominar la región Siria-Palestina, la hasta ese momento formaba parte del Imperio Neobabilónico. Ciro II permitió el regreso de los judíos, que vivían en condición de esclavos en el reino babilónico, a Jesuralén, convirtiéndose así para la tradición judía en una figura libertaria.
Imperio y años finales
Tras hacerse con numerosos territorios, Ciro II tomó los títulos de rey del Mundo, rey de Babilonia, rey de Súmer y Acad, así como el de Rey de los Cuatro Extremos de la Tierra, los cuales sumó a su condición de rey de Anshan y rey de Persia. Su lucha política contra sus adversarios se basó sobre todo en la propaganda de desprestigio hacia sus rivales. No obstante es recordado históricamente por sus generosas concesiones hacia los pueblos deportados, a los cuales les permitió retornar a sus tierras. Igualmente, practicó una política de continuidad en los reinos conquistados, permitiendo que muchos de sus funcionarios originarios permanecieran en sus puestos. Igualmente es reconocido por la gran tolerancia religiosa que practicó en todo el basto territorio de su imperio.
En la década del 530 a.C, dejó a su hijo Cambises como heredero al trono de Babilonia, y marchó en batalla contra la tribu nómada de los masagetas, muriendo a manos de los integrantes de este pueblo, regido por la reina Tomiris. Algunas fuentes señalan que un tiempo antes de caer en batalla logró fundar una ciudad a la que bautizó Cirópolis. Fue sucedido en el trono por su hijo Cambises II.
Fuente de imagen: biografiasyvidas.com