Fidel Alejandro Castro Ruz (Birán, Cuba, 13 de agosto de 1926 – La Habana, Cuba, 25 de noviembre de 2016). Abogado, militar, político, mandatario y principal líder de la Revolución cubana, de la que se mantuvo personalmente al frente desde 1959 hasta el 2011, cuando se retiró por motivos de salud, dejando el poder a su hermano Raúl Castro, sin que eso implicara desentenderse del proceso político cubano, del cual continuó siendo ideólogo y máximo referente.
Primeros años
De acuerdo a sus biógrafos, Fidel Alejandro Castro Ruz nació el 13 de agosto de 1926, en la actual Provincia de Holguín, cuando esta era la Provincia de Oriente. Así mismo, se tiene registrado como punto específico de su nacimiento la localidad de Birán, ubicada en el antiguo municipio de Mayarí, en donde hoy se encentra el municipio de Cueto, y que para ese entonces era el lugar en el que se encontraba una finca, propiedad de su padre Ángel Castro Argiz, inmigrante gallego quien se encontraba unido en segundas nupcias con la madre del futuro líder revolucionario: Lina Ruz González.
Igualmente, tal como describen las fuentes biográficas, los padres de Fidel eran analfabetos, y aun cuando aprendieron a leer unos años después, cuando ya eran bastante adultos, en realidad se encargaban de cultivar la tierra de la cual eran dueños. No obstante, la falta de educación no impidió que prosperaran, llegando a tener una importante posición económica, en la Cuba de ese entonces, hecho que cambió radicalmente las perspectivas sociales, económicas y culturales de su hijo Fidel.
Educación primaria y secundaria
De esta manera, Fidel Castro comenzó sus estudios en una pequeña y humilde escuela de su localidad natal, institución en donde demostró una gran inteligencia, hecho que impulsó a que sus padres decidieran invertir en su educación. Por consiguiente, fue enviado en 1932, junto a su hermana Ángela, a Santiago de Cuba, para que continuara estudios. No obstante, la difícil situación económica por la que atravesaba Cuba no dejaría de afectar a Fidel y a su hermana, quienes atravesaron fuertes momentos de necesidad y hambre durante esta etapa, ya que la institutriz que había quedado a cargo de ellos, sólo contaba con el dinero de la manutención que enviaban los padres de Castro, el cual utilizaba para alimentar a sus dos alumnos y al resto de su familia.
Dos años después, en 1934, Fidel Castro fue matriculado por su familia en el Colegio Lasaliano, ubicado en el mismo Santiago de Cuba. Una vez concluida su educación primaria, Castro continúo estudios con los jesuitas, inscribiéndose en 1939 en el Colegio de Dolores, ubicado también en esta ciudad cubana. Seguidamente, tres años después, Fidel Castro se trasladaría a La Habana, capital cubana, donde terminaría su bachillerato en 1945, egresando del Colegio Belén.
Educación universitaria
El mismo año en que se graduó de bachiller, ingresó a la Universidad de La Habana, a fin de estudiar Derecho. Sin embargo, los tres primeros años de carrera, sus biógrafos apuntan una llamativa ausencia de sus actividades académicas, lo cual cambia radicalmente a partir del tercer año de la carrera, cuando regresa no sólo a entregarse de lleno al área de Derecho, sino que se matricula también en las carreras de Derecho Diplomático y Ciencias Sociales. Durante esta época también lucha por obtener una beca, que le permita partir rumbo a los Estados Unidos para continuar su formación académica. Finalmente, en 1959, luego de varias empresas relacionadas con su vida personal e inclinaciones políticas, Fidel Castro obtuvo su título de Doctor en Derecho Civil, diploma que vendría acompañado después por el de Licenciado en Derecho Diplomático.
Inicios políticos
Los años universitarios sirvieron a este líder cubano como años de formación política. En primer lugar, el ambiente universitario y académico lo colocaron en contacto con algunos ideales y obras literarias que lo hicieron formarse una posición política, y que el líder comentaría alguna vez que lo hicieron alcanzar la madurez en este ámbito. Así mismo, su primera responsabilidad política en el mundo universitario fue la de servir como delegado de curso.
Igualmente, fue una de las voces que más alto se levantó en contra de la candidatura de un estudiante promocionado por el Gobierno de Ramón Grau San Martín para que tomara la jefatura de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). A pesar de las amenazas de muerte, Fidel no desistió. Dos años más tarde, la historia lo ubica como presidente del Comité Pro Democracia Dominicana, que formaba parte de la Federación Estudiantil Universitaria. En este sentido, era tal la determinación de los miembros de este comité, que en realidad comenzaron a planear acciones que conllevaran al derrocamiento del dictador Rafael Trujillo.
Acciones contra Trujillo
Es así como en 1947, Fidel Castro parte rumbo a República Dominicana, como miembro del grupo que protagonizaría la Invasión de Cayo Confites. Sin embargo, la policía del régimen de Trujillo logró enterarse del movimiento, e interceptar la flota invasora en la Bahía de Nipe. No obstante, Castro no se dejaría atrapar en este ocasión por las fuerzas de la dictadura, lanzándose al agua y nadando unos cuantos kilómetros hasta ponerse a salvo en Cayo Saetía.
Castro en el Bogotazo
Igualmente, la Historia lo haría participar en otro de los alzamientos más relevantes de la América Latina: el Bogotazo. De acuerdo a lo que indican las diferentes biografías de este controversial mandatario cubano, Castro se encontraba en Bogotá el 9 de abril de 1948, pues había sido enviado por la FEU de la Universidad de La Habana, como delegado de la IX Conferencia Interamericana. Entre algunas de las actividades que habían agendado, esa tarde destacaba la de reunirse con Jorge Eliécer Gaitán, candidato presidencial por el partido liberal colombiano, quien contaba con una increíble popularidad, y que sin embargo fue asesinado ese mismo día, unas horas antes de concretarse la reunión, haciendo que el pueblo bogotano se lanzara a las calles en una explosión social que produjo incendios y destrozos, que cambiaron el rostro de esta ciudad latinoamericana para siempre.
Oposición a Batista
De regreso a Cuba, luego de una corta residencia en Estados Unidos con su primera esposa Mirta Díaz-Balart, Fidel decidió presentarse en 1952 como independiente por el partido Ortodoxo, a fin de ser candidato a la Cámara de Representantes del Congreso cubano, por una circunscripción de la Habana. Sin embargo, el golpe de Estado ejecutado por el general Fulgencio Batista truncó los planes electorales de este país caribeño, así como los de sus candidatos.
Castro tomó de inmediato una posición contraria a la imposición de este mandato, por considerarlo antidemocrático. Incluso, invocando el espíritu de las Leyes, Fidel Castro denunció a Batista por violar la Constitución ante un Tribunal de Urgencia. Como era de suponer, los tribunales no aceptaron la demanda, hecho que conmovió intensamente a Castro, quien en ese momento decidió que la única vía posible para derrocar la dictadura de Batista era la lucha armada, la cual ante el cerco jurídico cobraba total legitimidad.
Asalto al Cuartel Moncada
De esta forma, Fidel Castro comenzó a reunir a varios de sus antiguos compañeros de lucha política universitaria, a fin de elaborar un plan que conllevara al derrocamiento de Batista. Así nació el plan para tomar el Cuartel Moncada, así como el Cuartel Carlos Manuel Céspedes, ya que eran importantes parques de armas de las fuerzas de la dictadura, ubicados además en una de las provincias más adversas al régimen de Batista. Por consiguiente, Castro y sus hombres creían que una vez tomadas las armas, se produciría de forma natural una rebelión en esta provincia, que despertaría la fuerza popular en Cuba, la cual buscaría derrocar a este dictador.
Llegado el día, 26 de julio de 1953, estos jóvenes cubanos –vestidos de sargento- llevaron a cabo su plan, el cual sin embargo fracasó, siendo arrestados todos los líderes, entre ellos Fidel Castro, quien aunque escapó de la tortura y la muerte, destino que corrieron algunos de sus hombres, fue condenado a quince años de cárcel por su intento de rebelión. Contrariamente a lo planeado, el pueblo tampoco se rebeló. Sin embargo, analistas políticos clasifican esta acción como una victoria política de Castro, pues el hecho fue tan sorpresivo que le dio una gran popularidad a los comandantes y participantes de esta intentona, haciendo que realmente le pueblo cubano se enterara de que habían fuerzas políticas trabajando en serio para derrocar a Batista.
Exilio en México y regreso en el Granma
A pesar de su larga condena, dos años después, presionado por la protesta popular a favor de los muchachos que habían participado en el asalto al Cuartel Moncada, Batista decide indultarlos y firmar una amnistía. Castro sale de la cárcel en 1955, momento en el que parte a México a vivir en el exilio. No obstante, contrario a lo que pudiera parecer, Castro sólo se aleja para reagrupar sus fuerzas y planear la mejor forma de regresar a Cuba a derrotar la dictadura.
Fue así, como comienza a juntar hombres, convencidos de que el camino para nada puede ser propiciar la lucha popular en los centros urbanos, sino que por el contrario deben enfocar esfuerzos en armar, entrenar y fortalecer una guerrilla rural, que tenga como centro de operaciones la Sierra Maestra, por ser éste el territorio más apartado y montañoso de esta isla cubana.
De esta forma, al mando de más de ochenta hombres, con quienes había formado el Movimiento 26 de julio –en conmemoración al Asalto al Cuartel Moncada- partieron en el yate Granma el 25 de noviembre de 1956, rumbo a tierras cubana. Entre los tripulantes de esta embarcación subversiva se encontraba además de Fidel Castro, su hermano Raúl Castro, Ernesto Che Guevara, Juan Almeida y Camilo Cienfuegos, entre otros miembros que jugarían después importantes papeles dentro de la Revolución cubana.
La Sierra Maestra
El desembarco se produjo finalmente el 2 de diciembre de 1956, en medio de profundas dificultades. Además, las fuerzas de Batista diezmaron rápidamente las filas del Movimiento 26 de julio, dejando apenas doce sobrevivientes de la primera lista de tripulantes. Fieles a su plan, los guerrilleros se adentraron en los territorios de la Sierra Maestra. No obstante, la disciplina y el trabajo con las comunidades rurales, habían convertido para 1958 a las fuerzas revolucionarias en una estructura sólida y de numerosos combatientes.
Triunfo de la Revolución cubana
A partir de este año, Fidel y sus hombres, entre los que ya destacaban tres importantes comandantes: Ernesto Guevara, Camilo Cienfuegos y Raúl Castro, comenzaron a ejecutar golpes estratégicos, que fueron debilitando a la Dictadura y sumando gente a su movimiento. En su defensa, Batista envió el 24 de mayo de 1958 activó la Operación Verano, la cual estaba conformada por 17 batallones que tenían como meta acabar con las fuerzas guerrilleras. Sin embargo, esto no pudo detener las victorias sucesivas que se anotaron los revolucionarios, entre las que cuentan la Toma de Santiago y la Batalla de Santa Clara, dirigida personalmente por el Che Guevara y que les proporcionó a las tropas revolucionarias la oportunidad de apoderarse de un parque de armas.
Así mismo, los revolucionarios lograron derrotar a las tropas de Batista, logrando incluso que algunos de sus miembros se sumaran a sus filas. Para el 28 de diciembre de 1958, ante la inminente victoria revolucionaria, el general Eulogio Cantillo contacta a los comandantes subversivos a fin de negociar un posible apoyo de parte de las Fuerzas Armadas para ejecutar un golpe de Estado contra Batista, lo que Fidel rechaza convencido de que es una trampa.
El 30 de diciembre de 1958, Fulgencio Batista huye de Cuba. Fidel Castro no se deja ganar por el entusiasmo inicial, sino ordena a sus hombres seguir con el plan. Para ese momento, el pueblo cubano se ha sumado activamente a la Revolución cubana. El 31 de diciembre, el general Rego Rubido entrega a las fuerzas revolucionarias el Cuartel Moncada. Finalmente, el 1 de enero de 1959, se proclama el triunfo absoluto de la Revolución cubana y sus combatientes. Siete días después, el 8 de enero de 1959, un Fidel Castro triunfante, en compañía de sus comandantes, entra en la Habana, para tomar el poder.
Fidel Castro en el poder
Desde entonces, Fidel Castro se mantuvo como máximo líder de la Revolución cubana, sobreviviendo a casi todos sus comandantes y manteniéndose en el poder de una forma controversial, criticada por muchos de sus contemporáneos, quienes lo acusaron de dictador, aun cuando contó también con millones de seguidores, que lo consideraron siempre símbolo de lucha, resistencia y dignidad, sobre todo a partir de su enfrentamiento y oposición al gobierno de los Estados Unidos, a quien señalaba de imperialista y genocida, y con quien protagonizó el largo embargo económico que esta potencia americana colocara sobre la isla.
Así, Fidel Castro ejerció sucesivamente – y en ocasiones de forma simultánea- los cargos de Primer Ministro (1959-1976); el de Presidente de Cuba (1976-2008); Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (1956-2008); Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (1956-2008) del cual también fue fundador, convirtiéndose en el primer latinoamericano en establecer un partido comunista en este continente; así también ejerció hasta el final de sus días el cargo de Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el cual se desempeñaba desde 1976, y al que no renunció luego de apartarse de la dirección de país cubano en 2008, para dejar a cargo a su hermano Raúl Castro, ya que por problemas de salud consideraba que no podía continuar.
Últimos años
Durante sus últimas décadas, la figura de este mandatario se mantuvo en la palestra del acontecer político mundial, puesto que así como había protagonizado durante la Guerra Fría una fiel alianza con la URSS, desde el año 1998 se convirtió en el símbolo e ideólogo más destacado de las revoluciones de izquierda surgidas en el continente latinoamericano, entre las cuales se destacaron la Revolución Bolivariana, con Hugo Chávez al frente, así como la Revolución ciudadana de Rafael Correa, en Ecuador, y la de Evo Morales, en Bolivia, entre otras.
Finalmente, luego de haber sobrevivido a más de seiscientos intentos de asesinato –según contabilizan los servicios de inteligencia cubanos- este líder revolucionario falleció en La Habana, Cuba, el 25 de noviembre de 2016, a las nueve y veintinueve de la noche. Tenía 90 años. La noticia fue anunciada por su hermano Raúl Castro, presidente de Cuba desde el 2008. De acuerdo a la voluntad expresa de Fidel Castro sus restos fueron cremados al día siguiente. En su honor fueron decretados nueve días de duelo en Cuba, así como en otras naciones que se unieron al dolor de su pérdida, como Venezuela y Nicaragua.
Igualmente, personalidades del mundo entero no hicieron esperar sus pronunciamientos sobre el fallecimiento de uno de los líderes más influyentes y polémicos de la Historia contemporánea de América, siendo expresados al unísono sentidos homenajes, así como fuertes mensajes de alivio por la partida de este líder cubano, quien aunque fue tenido por muchos como padre ideológico, para otros fue visto también como un dictador implacable, controversia que el propio Fidel Castro conocía, y que siempre responsabilizó a la Historia de resolver, desde su célebre discurso de autodefensa, ante los cargos por el Asalto al Cuartel Moncada (1953) cuando ante los tribunales selló su declaración diciendo: “Condenádme, la Historia me absolverá”.
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