En su país es considerado un héroe por haber restaurado la soberanía nacional, frente al intervencionismo de los Estados Unidos, ante el cual siempre luchó, incluso entregando su vida en el intento de recuperar el poder y conducir su nación a la liberación de esa influencia política y militar extranjera. Es considerado también una de las figuras más importantes del siglo XX en República Dominicana, donde es tenido como un gran patriota.

Vida temprana

Francisco Alberto Caamaño Deñó nació el 11 de junio de 1932, en Santo Domingo, República Dominicana, en el seno de una familia de tradición castrense. Su padre fue el general Fausto Caamaño Medina, quien llegó a ejercer el cargo de Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas (título equivalente al de Ministro de Defensa) durante el gobierno dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo, en cuyo régimen llegó a posicionarse como un reconocido y prestigioso militar, recibiendo varias condecoraciones. Así mismo, varios de sus ancestros se habían desempeñado destacadamente en el área militar. Por su parte, Francisco Caamaño siguió la tradición familiar, y en 1949, a la edad de diecisiete años ingresó a la Marina de Guerra, de donde se graduó en 1952.

Una vez fuera de la Escuela militar, Caamaño continuó con su formación castrense, realizando diversos cursos de capacitación, visitando para esto Panamá y Estados Unidos. Para 1960, ostentaba el cargo de Mayor. Ese mismo año fue comisionado a la Policía Nacional, a fin de que se desempeñara como Jefe de Adiestramiento. Igualmente llegó a desempeñarse como Comandante del cuerpo de antimotines, denominado los “Cascos Blancos”. Sin embargo, enfrentamientos con el jefe de la Policía determinó su regreso al Ejército.

La Guerra de Abril

En 1964 se unió al grupo de militares que decidieron apoyar al coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, quien se encontraba en el exilio en Puerto Rico, en la conspiración encaminada a derrocar a Reid Cabral, quien para los patriotas había roto el orden constitucional, primero dando un golpe de Estado, en 1963, y en segundo lugar permitiendo la intervención estadounidense en las decisiones y políticas internas. El 24 de abril de 1965, Francisco Caamaño comandó en República Dominicana el levantamiento de orden constitucionalista, conocido históricamente como la Guerra de Abril.

Esta sublevación trajo como consecuencia inmediata el apoyo militar estadounidense al gobierno de Cabral, de quien eran aliados. Con el pretexto de proteger a la población estadounidense en República Dominicana, el Gobierno de los Estados Unidos envió la 82 división aerotransportada de la Armada de los Estados Unidos, de la cual desembarcaron en la isla unos cuarenta y dos mil marines. Francisco Caamaño no retrocedió, por el contrario, con el apoyo popular y del cuerpo élite de la Marina dominicana, comandado por el coronel Manuel Ramón Montes Arache hicieron frente a las fuerzas invasoras. Su participación y defensa de la nación, llevaron a Francisco Caamaño a convertirse en un héroe nacional.

Presidencia

El 3 de mayo de 1965, el Congreso Nacional lo designa como Presidente Constitucional de la República. Francisco Caamaño contaba con treinta y dos años de edad. El 4 de mayo de 1965 fue investido como Presidente, durante un acto que tuvo lugar en el Parque Independencia. Durante su gobierno se emitieron un total de catorce leyes y sesenta y dos decretos, publicados en cuatro Gacetas Oficiales. De ellos destaca la Ley número 11, la cual promulga el cambio de nombre de la Fortaleza Ozama al de Plaza Constitución, así como la número 14 que nombró a partir de ese momento como “24 de abril” a la avenida que hasta ese momento se llamaba “George Washington”, demostrando con ellos el carácter nacionalista de su gestión. Sin embargo, el 3 septiembre de ese mismo año, concluidas las negociaciones de cese al fuego, Francisco Caamaño firmó el Acta de Reconciliación Dominicana, renunciando momentos más tarde a la Presidencia, durante un acto multitudinario, llevado a cabo en la recién nombrada Plaza de la Constitución.

La Presidencia de la República fue asumida por Héctor Gracía Godoy, quien se encargaría de llamar a elecciones democráticas. No obstante, aún cuando ya no era presidente, el 19 de diciembre de 1965 tuvo que hacer frente a un atentado, cuando militares dominicanos con ayuda de los marines estadounidenses atacaron el Hotel Matum, donde Caamaño se encontraba con algunos de los militares constitucionalistas. Sin embargo, la operación fue un fracaso para los agresores. Una vez conocida la noticia, el pueblo se lanzó a las calles en apoyo de Caamaño y sus compañeros de lucha. Ante la derrota, el general Francisco Rivera Caminero puso en marcha la Operación Honor, que tenía como objetivo eliminar físicamente a los líderes del movimiento constitucionalistas.

Años finales

Después de varias discusiones gubernamentales, se decidió enviar a los comandantes constitucionalistas al exilio. Francisco Caamaño fue enviado como agregado militar a la embajada de República Dominica en Londres, siendo éste uno de los múltiples destinos, donde se radicaron los integrantes del movimiento. En las elecciones de 1966 ganó la presidencia el doctor Joaquín Balaguer, quien era el candidato favorito de los Estados Unidos. Un año después, en 1967, Caamaño decide renunciar a su cargo como diplomático y regresar a República Dominicana a derrocar a Balaguer. A fin de buscar apoyo para su objetivo, se trasladó a Cuba. Seis años después, el 3 de febrero de 1973, desembarcó junto a nueve hombres más, en la playa Caracoles. Apenas unos días después, fue asesinado en Nazaíto, localidad ubicada en San José de Oca, el 16 de febrero de 1973, convirtiéndose desde entonces en un héroe nacional para sus compatriotas.

Fuente de imagen: desdesantiago.net