Ignacio Manuel Altamirano (Tixtla, Guerrero, México, 1834 – San Remo, Italia, 1893). Abogado, Periodista, Escritor, Maestro y Político, de origen mexicano, considerado como el Padre de la Literatura nacional en su país, así como acérrimo promotor de la cultura.
Altamirano constituye así mismo la figura del máximo maestro de la segunda generación romántica, al tiempo de ser el autor de la primera novela moderna mexicana: Clemencia (1868). Igualmente, llegó a ser un importante líder político y Diplomático.
Vida temprana
Ignacio Manuel Altamirano nació en el año 1834 en la ciudad de Tixtla, en Guerrero, México, en el seno de una familia indígena. No obstante su padre fue erigiéndose como un líder entre los chontales, consiguiendo ser elegido como alcalde de Tixla, en 1848, suceso que tuvo una dramática repercusión en la economía familiar, así como en la vida de Ignacio Manuel, quien por primera vez en catorce años de vida asistió a una escuela. A pesar de que había llegado a la adolescencia siendo analfabeta, una vez comenzado su proceso de enseñanza, sorprendió a todos, aprendiendo a leer y escribir muy rápido.
Inicios académicos
En 1849, se hizo merecedor de una beca, concedida por Ignacio Ramírez, para estudiar en el Instituto Literario de Toluca, razón por la cual se traslada a esa ciudad mexicana. Durante su estadía en Toluca, tiene la oportunidad de ser estudiante de su benefactor, Ignacio Ramírez, conocido históricamente también como el Nigromante, y quien llegó a convertirse en una de los intelectuales y defensores de la cultura originaria más destacados de su país. La influencia de Ramírez será fundamental para Altamirano, quien también desarrollará en su escritura el amor por dos mundos: el indígena y el americano, al tiempo en que bebe de la fuente del romanticismo europeo. Posteriormente, ingresó en el Colegio de San Juan de Letrán, de donde egresó como Abogado.
Incursión en la Política
En 1854, incursiona en la política, cuando participa en la Revolución de Ayutla, alzándose en armas contra el santanismo, igualmente combate en la Guerra de Reforma. En 1861, es elegido como Diputado al Congreso de la Unión, donde defiende el lema de la Patria Libre y castigo al enemigo. Posteriormente, en 1863, se alza contra el imperio de Maximiliano y combate en el bando mexicano contra los franceses, durante la invasión a México. En 1865, se erige como un líder militar, logrando su ascenso a Coronel por su brillante y valerosa actuación durante las batallas de Cuernavaca, Tierra Blanca y Querétaro.
Carrera como Docente y Editor
Una vez logrado el restablecimiento de la República, a partir de 1867, se dedica de lleno a la Docencia, área en la que se desempeñó como maestro en la Escuela Nacional Preparatoria, así como en la Escuela Nacional de Maestros y en la Escuela Superior de Comercio y Administración. Igualmente participó en la fundación y edición de varios publicaciones como la revista El Renacimiento, la cual buscaba dar promoción a las letras mexicanas. Igualmente, fundó varios periódicos y revistas, entre las que destacan El Correo de México, El Federalista, La Tribuna y La República.
Desempeño como Funcionario Público
Así mismo, Ignacio Manuel Altamirano dedica su tiempo a ejercer cargos públicos. En este sentido llega a desempeñarse durante tres períodos como diputado del Congreso de la Unión, trinchera desde la que defendió la instrucción primaria, pública, gratuita, laica y obligatoria, obtenida finalmente el 5 de febrero de 1882. Igualmente, fue el fundador del Liceo de Puebla, así como de la Esuela Normal de Profesores de México. Ignacio Manuel Altamirano también llegó a ejercer otros importantes cargos públicos, entre los que destacan el de Magistrado, Procurador General de la República, Fiscal, Presidente de la Suprema Corte, oficial mayor del Ministerio de Fomento. Su labor como funcionario lo llevó a cumplir posteriormente actividades como Diplomático, siendo designado en 1889 como Cónsul de Barcelona, y un año después como Cónsul de París. Finalmente, en el año 1893, falleció en San Remo, Italia. Sus restos fueron cremados, según su última voluntad, y en la actualidad descansa en la Rotonda de las Personas Ilustres en la ciudad de México, a donde fueron llevados en 1934, en el centenario de su nacimiento.
Principales Obras
Dentro de sus obras literarias se pueden contar las novelas: Clemencia (1868) considerada por la crítica como la primera novela moderna mexicana; Julia (1870) y La Navidad en las montañas (1871). Obras que son consideradas por la Academia como las novelas fundacionales de la narrativa mexicana. Igualmente se encuentra El Zarco, publicada póstumamente en 1901, la cual es considerada como un baluarte expresivo y narrativo. Así mismo se encuentran otros importantes libros escritos por este intelectual mexicano: Rimas (1880); Antonia y Beatriz (s.f); Atenea (s.f); Cuentos de invierno (1880); Paisajes y leyendas, tradiciones y costumbres de México (1886); Crónicas de la semana (1869); La literatura nacional (1849); Obras (1899); Obras literarias completas (1859) y Obras Completas (1886), además de sus artículos publicados en la prensa. Como homenaje a quien es considerado el máximo defensor y promotor de la educación, fue bautizada con su nombre la medalla “Ignacio Manuel Altamirano” con la cual se galardonan los primeros cincuenta años de carrera de los docentes en México.