Nabis (Esparta, 230 a.C – ibídem, 192 a.C). Líder militar y político, quien llegó a ser rey de Esparta, entre los años 207 a.C y 192 a.C, convirtiéndose así en el último rey independiente de esta nación. Siendo uno de los últimos grandes personajes del antiguo mundo helénico, con el fin de su reinado también se terminaba con la oportunidad de que Esparta recuperara la época de gloria que vivió cuando dominaba la Hélade, a través de su poderío militar, antes de caer en la decadencia que impulsó a Nabis a tomar el poder y tratar de reconstruir su nación.
Asunción al poder
Nabis nació en el año 230 a.C, en Esparta. Su padre era Demarato, y se cree que era miembro de la familia real, los Euripóntidas. No obstante, cuando Filopemen derrotó a Mecánidas, en el 207 a.C, Nabis –quien no contaba con el apoyo de los nobles- no fue nombrado rey, sino que fue designado como tutor del joven rey Pélope. De acuerdo a la tradición, al ver cómo la crisis social, política y económica hacía tambalearse a Esparta, ese mismo año Nabis mató al novel monarca, autoproclamándose Rey. Desde el principio su autoridad fue puesta en duda, ya que su nombramiento no correspondió con los procedimientos diárquicos tradicionales.
Revolución social
Varios sectores de la vida espartana lo tildaron de tirano, mientras que él trató de reivindicar su mandato, ganando el apoyo del pueblo, en oposición al gran poder de los nobles. En este sentido, su gobierno se distinguió por ser un régimen con alta presencia y apoyo militar, así como por las profundas reformar sociales, que pueden ser consideradas como una verdadera revolución social y económica. De acuerdo a los historiadores, sus dictámenes fueron una continuidad de las reformas iniciadas por Agis IV y Cleómenes III, no obstante, Nabis las radicalizó. En primer lugar, expropió muchas de las tierras, repartiéndolas entre el pueblo, al cual también convocaba a la Asamblea, a pesar de que los hacía vigilar por funcionarios de su ejército. Igualmente, abolió las deudas, liberó a los esclavos y los incorporó en el censo nacional. Con estas medidas, Nabis logró un inmenso apoyo popular, que lo legitimó políticamente en el poder.
Por otra parte, se encargó de asegurarse un caudal de dinero imparable, que le permitiera hacer frente a los inmensos gastos en los que se traducían el mantenimiento de un ejército mercenario, como el conformado durante su mandato, así como para la Guardia Castrense y los gastos administrativos y de culto. A la luz de algunos relatos de historiadores antiguos, los métodos de Nabis eran bastante estrictos e incluso radicales, pudiendo llegar a la tortura. No obstante, otros historiadores opinan que estas versiones deben tomarse con cuidado, y tener en cuenta que tal vez este Rey espartano no era el tirano monstruoso que a veces dibujan en estos relatos históricos.
Política Exterior
Una vez consolidada su popularidad y su control militar y político, Nabis decidió encaminarse en la reconstrucción de la antigua gloria espartana. Su primer paso en esta sintonía fue la creación de una marina, así como el inicio de la construcción de las primeras murallas de esta nación. Así mismo, una de sus primeras acciones fue hacerse con una parte considerable de Laconia. En el 205, se declaró enemigo de Macedonia y aliado de Roma, a través del Tratado de Fénice, ganándose desde ese momento el odio de todas las ciudades griegas, relacionadas al poderío macedonio.
Al año siguiente entabló un conflicto con la Liga Aquea, debido a un litigio con Megalópolis. En el 202 a.C la enemistad con esta Liga creció, cuando Nabis invadió Mesenia, aunque los espartanos tuvieron que retirarse ante la embestida del ejército regido por Filopemen. Finalmente, el ejército espartano fue derrotado en Tegea por las tropas de Filopemen.
En el 197 a.C, Nabis decidió apoyar a Filipo V de Macedonia, cuando se estableció la alianza entre los romanos y la Liga Aquea. A la larga, este conflicto entre macedonios y romanos benefició a Nabis, quien obtuvo el control de Argos, donde también implementó las reformas sociales que había instaurado en Esparta. En un nuevo movimiento para su conveniencia, se alió nuevamente con Roma, al ver que el rey Filipo V iba perdiendo. A cambio Roma reconoció su reinado. No obstante, al declararse la libertad griega, los aqueos presionaron a los romanos a declarar la Guerra contra Nabis, ante la negativa de este rey espartano de devolver el territorio de Argos a la Liga Aquea.
Guerra contra Nabis
Contra Nabis se estableció entonces una conflagración entre los aqueos, el rey de Pérgamo, los etolios y los atenienses, los cuales marcharon contra Nabis. En primera instancia marcharon contra Argos, donde logró se controlada la incursión. Acto seguido, Flaminio decidió dirigirse hacia Esparta, donde fueron repelidos por un incendio provocado por Pitágoras, quien decidió quemar las casas continuas a las murallas espartanas. Finalmente, en el 195 a.C, Nabis decidió rendirse ante el Imperio romano, aceptando a regañadientes la paz impuesta por Flaminio. Perdió Argos, una parte de los periecos y la flota espartana. Fue obligado a permanecer en Esparta.
Años finales
Sin embargo, una vez sucedida la retirada por parte de los romanos, Nabis inició otra vez acciones, encaminadas hacia la recuperación de territorios, entre los que se encuentran el sur de Laconia y Gitión. No obstante, en el 192 a.C fue derrotado por Filopemen, quien lo persiguió hasta los muros espartanos, salvándolo solo la intervención romana. A pesar de esto, ese mismo año, se volcó contra Roma y los Aqueos, aliándose con Antíoco III y la Luga Etolia. Finalmente, fue asesinado por Alexámenes, soldado etolio que lo traicionó, tratando de someter a Esparta, bajo el poder etolio, intento que fue repelido por una sublevación popular. A su muerte, la Liga Aquea obligó a Esparta a incorporarse en ella, poniendo fin a la monarquía y la autonomía espartana.
Fuente de imagen: enfatic.net