Caminos oníricos: onironautas y el arte de soñar lúcido

Caminos oníricos: onironautas y el arte de soñar lúcido

Los sueños son reales mientras duran. ¿Podemos decir acaso otra cosa de la vida?

Havellock Ellis

Sueño

Inmersos en una realidad alterna, los sueños han fascinado al hombre desde el momento mismo en que comenzó a soñar. Cada noche, al caer la oscuridad, las luces del otro mundo se encienden y los hombres acceden a un reino del que no son más que visitantes.

Para los antiguos, era apenas razonable que tras la muerte, aquel eterno sueño que sobreviene invariablemente a todos los hombres, el mundo onírico se alzaría sobre el real y los hombres comenzarían a habitar aquellos dominios que otrora solo pudiesen visitar en medio de la noche.

En tiempos más recientes, con el desarrollo de las ideas relativas al “otro mundo” y a las realidades en las que el alma – aquel ente inmaterial – pasaría el resto de la eternidad, los sueños se convirtieron en una especie de reino de nadie, en un dominio de los fantasmas y los seres espirituales que podían dar mensajes a los hombres: indicarles su destino y su futuro.

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Incluso en la actualidad, donde los sueños han sido desacralizados por muchos que los consideran simple expresiones del subconsciente, se considera que ocultos en ellos van mensajes, indicadores de la naturaleza de quien sueña, de sus más profundos temores y deseos. De alguna manera, seríamos nosotros quienes de manera inconsciente tiñésemos los lienzos en los que luego habitamos en medio de la noche.

Pero ¿es posible elegir los colores? ¿Decidir los entornos en los que caminaremos? ¿Las personas que nos encontraremos? En general, los sueños se escapan al control del soñante, pero algunos parecen haber logrado manejarlos casi a su antojo. Se les conoce como Onironautas, y a los sueños que tienen, como Sueños Lúcidos.

Caminos oníricos: onironautas y el arte de soñar lúcido

Soñar Lúcido

Las experiencias varían, pero en general un sueño lúcido permite a su usuario un control que suele considerarse casi absoluto. Como un pintor avezado, puede decidir los colores de los paisajes que visitará, las personas que se encontrará y las acciones que aquellas realizarán… aquello último de manera parcial. En esencia, se trata de ser Dios en un mundo  propio.

Pero quienes viven constantemente los sueños lúcidos aseguran que se trata de una experiencia mucho más mística y fascinante que simplemente “ser Dios”. Mucho puede aprenderse de ella, desde la verdadera naturaleza de uno mismo hasta la existencia de señales que quizás debería tener en cuenta, y ante todo permite explorar a fondo la simbología de los sueños y comprender muchas cosas que de otra manera hubiesen permanecido en las sombras.

O sirve también, simplemente, para pasar un buen rato.

Aún no está clara la causa de los sueños lúcidos, ni las consecuencias – si las tiene – que puede tener a largo plazo. Pero sí está claro que es algo que todas las personas pueden vivir en algún momento (más probablemente en la infancia) y que puede aprender a manejarse y a realizarse de manera voluntaria.

Pasos para un Sueño Lúcido

Realizar un manual para soñar lúcidamente sería excesivo en este espacio, pero no sobra indicar algunas recomendaciones que suelen dar quienes han dominado a la perfección este arte. Ante todo, se requiere preparación y mantener la consciencia en ese breve periodo ubicado entre la vigilia y el sueño en el que los pensamientos comienzan a hacerse más y más borrosos.

Curiosamente, existe un vínculo directo entre el fenómeno de la Parálisis del Sueño (del que hablamos en este artículo) y los Sueños Lúcidos, por lo que una persona que puede sobreponerse a la primera sin despertar generalmente terminará por tener uno de estos.  Así mismo, muchos recomiendan desintoxicar el cuerpo (sustancias como el alcohol u otras drogas pueden alterar los ciclos de sueño).

Por último, existen dispositivos desarrollados que pueden leer las ondas cerebrales y enviar señales de luz a los ojos en el momento indicado para que el sujeto recobre la consciencia sin despertar del todo.

Caminos oníricos: onironautas y el arte de soñar lúcido

El mundo de los Onironautas

No todo es positivo para quienes pueden manejar sus sueños. De acuerdo con varios estudios, tener sueños lúcidos prolongados puede reducir el descanso y hacer que estas personas requieran horarios anormales si no quieren estar todo el día somnolientos (a veces de más de 12 horas de sueño).

Así mismo, existe un problema vinculado a la posibilidad de tener todo lo que se desee para personas que no tengan motivaciones en su vida diaria y puedan terminar por reemplazarla por el mundo onírico. Es apenas lógico por qué alguna persona desearía abandonar el mundo en pro de una realidad alterna donde todo es perfecto, y es común que los onironautas sufran a la hora de despertar, en particular si no están satisfechos con si situación corriente.

Sin embargo, pese a estos problemas y a otros menos comunes – como el hecho de que algunos requieren sufrir parálisis del sueño para poder tener sueños lúcidos – la mayor parte de los onironautas considera una bendición sus capacidades y una inversión verdaderamente valiosa el tiempo que tardaron en adquirirla. Según cuentan, el autoconocimiento y la experiencia ganada en medio de estos sueños son completamente invaluables.

Fuente de imágenes: 1: culturacolectiva.com, 2: taringa.net, 3: evac.queretaro.gob.mx

Bibliografía ►
El pensante.com (enero 12, 2016). Caminos oníricos: onironautas y el arte de soñar lúcido. Recuperado de https://elpensante.com/caminos-oniricos-onironautas-y-el-arte-de-sonar-lucido/