Papá ¿donde vamos de vacaciones este verano?–
Ainss (suspiro), que tiempos aquellos de mis campamentos de verano. Juegos, diversión, risas y aquellos primeros pellizcos a los culos de las chicas. Yo, que siempre he sido un poco vago, lo que más odiaba de los campamentos eran las actividades deportivas. Lo de tener que correr mientras se podía estar tumbado siempre ha sido algo incomprensible para mí, y ahora, viendo como se las gastan en los campamentos de Corea del Sur, lo único que puedo agradecer es que el azar me haya situado en otro lugar.
Y es que por aquellos lares no se van con chiquitas. Cuando llega el verano, ni boys scoutts ni leches, allí lo que se lleva son los campamentos de los marines. Disciplina, rigor y ejercicio físico son el lema de estos campamentos en los que los militares les ponen las pilas a los jóvenes que han sacado malas notas, y posiblemente a los que las han sacado buenas también.
Y cuando llega el invierno, tampoco se salvan los chavales. El típico «Papá, quiero ir a la nieve», en este país adquiere un nuevo significado. ¿Quieres nieve hijo?… Pues conozco un lugar que te va a encantar… ¡Toma nieve!
Y a todo esto, ni imaginar quiero como serán los campamentos de Corea del Norte, que siempre han pensado que sus vecinos de abajo son unos flojos.