El Pensante

China dirige el proyecto más ambicioso hasta el momento para controlar el clima

Imagen 1. China dirige el proyecto más ambicioso hasta el momento para controlar el clima

Lluvia

Si llueve mucho, habrá inundaciones. Si llueve poco, faltará agua y los cultivos no estarán bien. Más que la política, la moral o la religión, la lluvia ha sido la causante del auge y la caída de incontables civilizaciones.

Por esta razón, el control del clima ha sido uno de los deseos y objetivos más permanentes de cualquier gobernante. Ya sea como herramienta de crecimiento económico o como arma militar destinada a desestabilizar a los enemigos (recordemos la Teoría de la Conspiración relativa al Proyecto HAARP), el control del clima es el sueño dorado de muchos gobiernos.

China lleva algún tiempo haciendo un esfuerzo de este tipo, pero no con el clima en general, sólo con la lluvia. Es algo a lo que muchos países han recurrido en tiempos de sequía con miras a solucionar un poco los problemas.

China y la máquina de hacer lluvia

China lleva haciéndolo algunos años con relativo éxito. Esencialmente el sistema consiste en lanzar ciertos químicos a la atmósfera que “aglomeran” en torno a sí las moléculas de agua y permiten hacer lluvia de muy pocas nubes. Desde hace 5 años el país lo ha convertido en una verdadera máquina de hacer lluvia, generando más de 50 mil millones de toneladas de precipitaciones por año tanto para disminuir el efecto de sequías como para reducir la polución en algunas ciudades.

Pero este año China ha decidido incrementar el tamaño de sus “cañones de lluvia” y plantea multiplicar la cantidad de precipitaciones artificiales que obtiene, específicamente en la zona de la Meseta de Tíbet.

Imagen 2. China dirige el proyecto más ambicioso hasta el momento para controlar el clima

Lluvia artificial

El mecanismo para obtener lluvia es relativamente sencillo: basta con lanzar yoduro de plata a la atmósfera. Este polvo aglomera en torno a sí las moléculas de vapor de agua que van por el aire, causando nubes y, en últimas, precipitaciones.

China está profundamente interesada en controlar de manera artificial el clima, pues sabe que de ello depende garantizar el alimento para los más de mil millones de personas que la habitan. En este sentido, la Meseta Tibetana, donde se ubica el nacimiento de los principales ríos del país, es un lugar clave para las autoridades del país.

Utilizando cámaras de cremación, China elevará la temperatura del yoduro haciendo que se eleve en la atmósfera, reduciendo así los costos de su distribución (originalmente el yoduro tendría que ser lanzado por aviones o con costosos cañones militares) e incrementando el área de su impacto. En total, se espera que 1.6 millones de kilómetros cuadrados (o tres veces el área de España) se vean afectados positivamente con esta iniciativa.

Hasta el momento, el yoduro de plata no ha mostrado toxicidad alguna. Sin embargo, algunas autoridades ambientales advierten de los potenciales peligros que podría tener para los ecosistemas acuáticos en cuyo entorno no ha sido evaluada y del problema de salud pública que se viene encima si estas partículas llegan a lugares poblados en lugar de ascender a la atmósfera. Pueden no ser tóxicas, pero son pequeñas y por lo tanto pueden ser inhaladas y causar problemas en los pulmones.

Así mismo, está claro que la humedad que China “captura” en el Tíbet es humedad que no llega a otros lugares, donde podría causar una sequía. Pero a China esto no le importa, y sigue adelante con sus proyectos, que podrían cambiar la manera como interactuamos con el clima.

O arruinar la atmósfera de maneras que aún no imaginamos. No lo sabemos.

Fuentes:

  1. https://qz.com/1241066/china-is-engineering-the-biggest-project-yet-to-force-rainfall/
  2. https://qz.com/138141/china-creates-55-billion-tons-of-artificial-rain-a-year-and-it-plans-to-quintuple-that/

Imágenes: 1: qz.com, 2: thesun.co.uk