Física Cuántica
Descubierta (o ideada, como prefieran) hace ya más de un siglo, la Física Cuántica es el pilar de nuestra moderna comprensión del universo… y es absolutamente incomprensible. De sus premisas se extraen postulados como que es posible (solo que altísimamente improbable) que la materia aparezca de pronto, sencillamente de la nada, formando cualquier figura imaginable. O la paradójica noción de que el Universo sólo existe en tanto alguien esté presente para observarlo. De lo contrario, no es más que un conjunto de posibilidades sin expresión en la realidad física (recordemos la curiosa paradoja del Gato de Schrödinger).
El punto aquí es que la Cuántica es difícil de comprender para quienes no hacemos parte del campo de la física (y seguramente lo es también para quienes hacen parte de este). Así, cuando los científicos afirman que construyeron un nuevo estado de la materia (referido como “cristal del tiempo” o “cristal temporal”) no podemos aspirar a entender del todo qué es lo que está sucediendo.
Pero esto no significa que no podamos intentarlo.
Cristal del tiempo
En teoría, un cristal se caracteriza porque su estructura se replica en el espacio (es decir, forma una especie de patrón). Esto es lo que le brinda sus características peculiares.
Esto quiere decir que la simetría no existe en los cristales como existe en otros estados de la materia. Tomemos por ejemplo un vaso con agua. El espacio aquí resulta continuo, lo que significa que hay igual probabilidad de hallar una molécula en cualquier lugar y que sin importar el ángulo o punto desde el que se mire el vaso la imagen va a ser exactamente la misma.
Un cristal no presenta esta simetría. El espacio pierde esta propiedad y se convierte en una especie de patrón: lleno, vacío, lleno, vacío; así mismo, la estructura presenta una tridimensionalidad particular y ya no es igual desde cualquier punto, sino que se ve de manera diferente dependiendo del ángulo de quien la mire. Esto sucede, por ejemplo, cuando el agua se convierte en hielo.
Lo que hicieron los científicos fue repetir esto con el spin de una cadena de iones de Iterbio. El spin es como el momento angular cuántico (sea lo que sea que esto signifique) y las moléculas tienen la tendencia a volver a su posición inicial independientemente de la perturbación luego de un periodo determinado. Esto se podría considerar como el “tiempo base” de un cristal, aquel en el cual presenta simetría.
Lo que los científicos hicieron fue, esencialmente, romper esta simetría. Lograron que los átomos se demoraran más tiempo en retornar a su posición original, destruyendo la “naturaleza” temporal del cristal y dotándolo de propiedades que no comprendemos del todo.
Es decir, así como los cristales se diferencian de otros tipos de materia en el espacio porque presentan un patrón (y esto rompe su simetría, pues ya no son iguales desde todos los puntos) este cristal del tiempo rompe su simetría temporal y presenta un patrón que no es el “natural” (por decirlo de alguna manera).
Los científicos aún no están del todo seguros de qué crearon. Se refieren al descubrimiento como un “bebé”, en el sentido de que todavía no conocemos sus aplicaciones prácticas y habrá que esperar a que “crezca”. Pero no es para menos: los cristales fueron postulados teóricamente hace menos de 6 años.
Imágenes: 1: futurism.com, 2: sciencenews.org