Hielo
Todos sabemos qué es el hielo. Simplemente, es la forma sólida del agua, que presión atmosférica que se alcanza cuando el líquido reduce su temperatura por debajo de los 0 °C.
Pero lo que muchos no saben es que en condiciones de presión y temperatura diferente el hielo puede tener otras formas. Por ejemplo, en un artículo mencionamos la posibilidad de que existan “planetas oceánicos”, y uno de los debates más interesantes sobre estos hipotéticos planetas es la posibilidad de que en la profundidad de sus océanos existan formas de hielo nunca antes vistas.
En cualquier caso, el asunto es que el hielo es mucho más complejo e interesante de lo que supondríamos, y bastantes grupos de investigadores alrededor del mundo le dedican energía a entender qué formas de hielo existen en las profundidades de la Tierra, donde existen condiciones que a duras penas podemos imaginar.
Hielo VII
Dentro de las teorías que se habían realizado existía un en particular que suponía la existencia de hielo de formación extremadamente rápida. Existiendo en condiciones de alta presión y sin una “frontera térmica” al borde de su formación, este hielo podría extenderse a la sorprendente velocidad de 1.600 km/h, básicamente ocupando todo el terreno factible para su desarrollo en cuestión de segundos.
En la superficie de la Tierra hielos de este tipo no pueden existir, pues las condiciones un son las adecuadas. Pero en las profundidades, donde las presiones son mucho más altas, sí pueden existir, y fue así precisamente como se descubrieron: ocultos en el corazón de diamantes extraídos de profundas minas. De acuerdo con lo que sabemos de la geología estos diamantes, proceden de una zona entre 400 y 600 kilómetros por debajo de la superficie terrestre.
Este hielo, bautizado como “Hielo VII”, presenta un arreglo diferente en sus átomos al del hielo “ordinario”, y por esta razón pudo detectarse su presencia en los diamantes. Debido a que los diamantes son extremadamente duros y mantienen la presión en su interior, el hielo se conservó aun después de abandonar las regiones en las que puede existir.
Pero más allá de un descubrimiento interesante (que no cabe duda que lo es), este nuevo hielo podría tener implicaciones en la manera cómo funcionan otros planetas semejantes al nuestro… y sobre todo en la posibilidad de que encontramos vida allí.
Planetas oceánicos
En particular, el interés llegó cuando los científicos y dieron cuenta que las condiciones en las que éste hielo se forma son muy semejantes a las condiciones (lógicamente muy breves) de un planeta oceánico bombardeado continuamente por meteoritos.
Si el hielo se formará más despacio esto no sería problemático, pues las condiciones no durarían más de unos segundos y después todo volvería a la normalidad. Pero debido a sus rapidísimas tasas de formación, este hielo podría expandirse de manera dramática matando cualquier organismo vivo que queden su camino. Esto significa que si los planetas oceánicos presentan estas características de manera más o menos uniforme es difícil pensar en que la vida que en ellos se origine logre sobrevivir por suficiente tiempo para evolucionar en algo más complejo.
Bibliografía:
- https://www.livescience.com/63986-ice-vii-forms-fast-in-diamonds.html?utm_source=quora&utm_medium=referral
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