Una de las principales causas de muerte y discapacidad lo constituyen los derrames cerebrales, los cuales ocurren cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, bien sea por la presencia de un coágulo, que obstaculiza el paso de la sangre, o por la ruptura de uno de los vasitos. Acudir al médico en las primeras horas es vital, pero no todos lo hacen, debido a que no logran identifican los primeros síntomas. Pero ¿cómo hacerlo? ¿Cuáles son las señales que deben alertarnos?
De acuerdo a lo descrito por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el principal signo de alarma, que debería hacernos acudir de inmediato al médico, es un súbito debilitamiento de una parte de nuestro cuerpo, casi siempre una de las mitades de la cara, un brazo, una pierna, pero siempre en un solo lado. Igualmente, tal como señala un trabajo especial de la BBC, el Servicio Nacional de Salud Británico (NSH) identifica como síntomas de alarma a los siguientes:
Debilidad de los brazos: de acuerdo a esta organización británica, uno de los principales síntomas que puede manifestar la persona que está sufriendo un derrame es la incapacidad repentina de poder alzar los dos brazos y además sostenerlos en el aire. Igualmente, puede de repente comenzar a sentir mucha debilidad en uno de sus brazos, al punto de no poder levantar un vaso. No obstante, también se le debe prestar atención si de pronto se comienza a sentir uno de los dos brazos dormidos.
Parálisis en la cara: igualmente se debería acudir de inmediato al hospital o al médico si de improviso una parte de nuestras caras o del rostro de algún familiar o amigo adquiere una apariencia como caída, como si de pronto tanto los músculos o piel de ese lado de la cara colgaran. Así mismo, tal como señala la NHS, otro síntoma preciso para identificar que se está frente a un derrame cerebral es la imposibilidad del paciente para sonreír. También es importante tomar en cuenta la apariencia de caído que puede tomar alguno de los ojos.
Dificultad en el lenguaje (afasia): también hay que estar alertas ante cualquier alteración súbita del lenguaje. Tal como reseña la BBC, de acuerdo al Servicio Nacional de Salud Británico, un paciente que esté experimentando un derrame cerebral puede comenzar a presentar mala articulación de las palabras, lentitud para hablar, e incluso comenzar a decir cosas confusas o incoherentes. Otras más pierden simplemente la capacidad de hablar, y aunque estén despiertos no pueden modular ninguna palabra.
Otros síntomas: de acuerdo a esta organización británica también hay que tomar en cuenta, y considerarlos como signos de alarma, la pérdida repentina de visión en algunos o ambos ojos, mareo, trastornos en el equilibrio, falta de coordinación, dificultad para caminar que asalta al paciente de forma súbita, dolor de cabeza repentino y muy fuerte, así como confusión o imposibilidad de procesar de forma adecuada el entorno.
Es importante destacar que estos son los primeros síntomas que aparecen cuando nuestro cerebro ve interrumpida la irrigación sanguínea, acudir al médico al primer momento puede marcar la diferencia entre sufrir una severa discapacidad o perder la vida, ya que a los pocos minutos de que la sangre deja de llegar al cerebro las células comienzan a morir.
Sin embargo, la mayoría ignoramos estos síntomas. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, sólo en el año 2012 se produjeron seis coma siete millones de muertes a causa de derrames cerebrales. Desconocer o ignorar estas primeras manifestaciones también produce, de acuerdo a la NHS, que una de cada cuatro personas que experimenta un derrame cerebral fallezca por no recibir atención oportuna. Igualmente los que sobreviven sufren lesiones cerebrales que producen afectaciones en sus capacidades motoras, sensoriales y de habla.
Así mismo es importante tener en cuenta que una vez pasados los cincuenta y cinco años, el riesgo de sufrir un derrame cerebral aumenta con cada década que se suma, no obstante ninguna persona, independientemente la edad está exenta de sufrir un derrame cerebral. Incluso éste puede presentarse en niños. Aunque hay elementos que potencian su aparición como el colesterol alto, la hipertensión, fumar, la obesidad y el sobre peso, la vida sedentaria, la diabetes, la fibrilación atrial y una mala alimentación.
Igualmente, es necesario destacar que en ocasiones en primer lugar no se produce un gran derrame, sino que la persona primero, unos días antes, experimenta uno o varios microderrames, en cuya presencia se producen los mismos síntomas presentes ante un derrame cerebral, solo que son temporales, y desaparecen a las pocas horas, algunos incluso duran unos pocos minutos. Sin embargo, ante estos síntomas también debe acudirse de inmediato al médico, ya que, de acuerdo a lo señalado por la doctora Ahsan, una de cada doce personas que ha experimentado un miniderrame normalmente sufre un gran derrame a los pocos días.
En este sentido hay que estar muy atentos a las señales que emite nuestro cuerpo, nunca restarle importancia al hecho de consultar con un profesional de la medicina, igualmente no esperar hasta el último momento para acudir a él, incrementar los controles médicos periódicos a nuestras vidas, y por supuesto adquirir hábitos saludables.
Fuente de imagen: drmarcofranzreb.com