Minería que no es de este mundo
Frente a la crisis de los recursos que parece ser inminente en algunos años (nadie sabe si 10 o 100) en la Tierra, la minería espacial podría ser aquella solución que nos permitiera mantener el modelo actual sin necesidad de destruir los recursos terrestres (algo que puede ser bueno o malo dependiendo de la perspectiva).
Pues bien, este modelo empresarial acaba de dar un paso gigantesco el pasado 16 de julio cuando el proyecto Recursos Planetarios (Planetary Resources en inglés), ubicado en Redmond, Washington, lanzó al espacio su primera nave espacial diseñada para brindar información sobre la atmósfera terrestre. La nave fue bautizada Arkyd 3 Reflight (A3R), consiste en un satélite cúbico de apenas 10 centímetros de diámetro y busca recolectar datos sobre las condiciones y probar los sistemas electrónicos que eventualmente tendrán las máquinas que exploten el Cinturón de Asteroides.
La misión durará apenas 90 días, pero se trata de un primer paso en el eventual desarrollo de una cadena de producción que pueda abastecer de minerales espaciales las fábricas terrestres. Los asteroides son ricos en agua y metales preciosos como platino, por lo que se espera que una pequeña flota de robots pueda extraer sus recursos y enviarlos de vuelta a la tierra.
“La minería de asteroides puede sonar como un tema de ciencia ficción, pero nuestra compañía está lanzando tecnología al espacio e incluso los gobiernos mundiales están tomándose en serio el tema y creando marcos políticos y legales para soportar la actividad”, afirmó Chris Lewicki, Director e Ingeniero jefe de la compañía. “No será una actividad que tus nietos disfruten. Es algo que veremos desarrollarse en los próximos años”.
De acuerdo con la empresa, el negocio de la minería espacial es una industria de billones de dólares que aún no ha sido copada, por lo que la empresa confía en ocupar los primeros nichos. En este mismo año lanzarán su segundo satélite, A6R, encargado de probar las comunicaciones, la propulsión y los sistemas de energía de las aeronaves.
¿Qué otras cosas podemos obtener del cinturón de asteroides?
Pero la empresa no le apunta solo a la explotación de materiales caros y valiosos. Una de sus propuestas consiste en la explotación del agua que yace en los asteroides para llevarla a los astronautas, algo que, calculan, podría reducir en gran medida los costos del viaje espacial. Incluso se ha propuesto la posibilidad de usar los robots para “dividir” el agua en nitrógeno y oxígeno, los dos componentes básicos del combustible de los cohetes.
Sin embargo, muchos afirman que los problemas que enfrenta esta compañía bien podrían dar al traste con los primeros intentos de minería espacial. La primera y más importante (así como la más obvia) es la necesidad de aterrizar en un asteroide y volver con una carga de varias toneladas: la única sonda capaz de hacer esto fue la sonda japonesa Hayabusa, y no trajo más que minúsculas muestras.
Y en caso de que la empresa logre su cometido (que bien podría suceder) queda el problema de la saturación: un metal raro no es raro porque no exista, sino porque es difícil de conseguir: si la empresa logra extraerlos y traerlos en grandes cantidades de los asteroides se arriesga a que su precio disminuya a la mínima expresión. El llamado “negocio billonario” ¿lo será aun cuando estemos nadando en platino?
Sin embargo, aún está por llegar el momento en el que la primera sonda traiga una muestra de metal espacial destinado a alimentar la economía. ¿Cuándo crees que sucederá?
Fuente de imágenes: 1: space.skyrocket.de, 2: planetaryresources.com, 3: pri.wpengine.netdna-cdn.com