Indiscutiblemente, de manera general se puede afirmar que la alegría de un hogar está en los niños y los perros. Los pequeñines y los canes ofrecen mucha ternura, diversión y muchos momentos espectaculares. Aunque también muchos problemas, responsabilidades, dolores de cabeza, pero nada de ello pesa más que la felicidad. Veamos a continuación, algunas cosas curiosas que suceden cuando hay niños y perros en casa:
La gente dice que no deberías tener un perro
Cuando hay un bebé de por medio, las responsabilidades son mayúsculas y por tal razón, si igualmente hay un peludo en casa, lo más seguro es escuchar a alguien decir: “por tu bien y el del bebé, no tengas más ese animal”. Pero solamente quienes cuentan con la fortuna de la compañía de un perrito y también de la presencia de uno o varios niños, saben bien lo que significa y que bien vale la pena.
La muerte del perro podría traumar al niño
Es uno de los mayores inconvenientes en la convivencia entre las mascotas y los niños. Como es inevitable, en el momento en que fallezca el peludo o le suceda algo, se requiere saberle explicar muy bien el fenómeno de la vida y de la muerte, para que no sea un golpe fuerte a su psicología.
Descubrimientos mutuos
Los niños que cuentan con un perrito como mascota, pueden aprehender muchas cosas importantes en la vida, como ser conscientes de los seres de los otros reinos de la naturaleza y su relación con ellos. Lo mismo pasa con el can, que se enfrentará a una nueva experiencia, compartiendo con un ser totalmente diferente a los acostumbrados, como es un pequeño humano. Desde un principio se debe educar al perro para que no sienta celos.
El perro puede quedar sin comida por olvido
Con tantos ires y venires, preocupaciones y estrés que implica las responsabilidades con un hijo pequeño, podría ocurrir que se olvide comprar el alimento del perrito o servirle su plato. Es una fortuna que estos animalitos sean bastante nobles y perdonen tan terribles fallas.
No todo es color de rosa
Es verdad que los instantes de alegría y felicidad son demasiado valiosos, pero no se puede negar que los problemas por los pequeños, son algo con qué lidiar día a día. Por un lado, el perro muerde y daña los juguetes del niño. Por el otro, el peludo sufrirá de pequeños y grandes halones de cola, orejas, etc. Es todo un conjunto de dramas, comedias y tragedias.
Se reduce el sentimiento del asco
Es un gran entrenamiento tener que limpiarle los vómitos y las necesidades fisiológicas a los pequeñines peludos y lampiños. Entonces, la tolerancia hacia cosas asquerosas se aumenta y se le va perdiendo asco a cosas similares.
No es igual un perro que un hijo
Algunas personas consideran que por el hecho de haber cuidado bien a sus mascotas, están adecuadamente preparados para ser buenos padres. Pero la verdad es que son dos asuntos por completo diferentes. Exigen cuidados de otro tipo, tanto físico como psicológico.
Si hay un niño, el perro comerá más
Los canes disfrutan devorando cuanta borona y sobra cae en el piso. Se podría decir que es una alimentación complementaria; pero cuando llega un niño a vivir con él, esa fuente de comida se aumenta mucho más, porque obviamente, gran parte de lo que comen lo tiran al suelo.
El amor puro de la amistad
Es algo de lo más valioso que aprende un niño en su contacto diario con un perro. La misma naturaleza a través del animalito, le transmite el valor de la fidelidad y del amor puro incondicional de un amigo.
Las niñeras mentirán sobre los perros
Es algo que hay que saber desde un principio. Alguna gente con tal de obtener el empleo, suele mentir y decir que le gustan los animales, pero en realidad no es así. Eso puede ser un problema, porque conllevaría a un mal cuidado de los pequeñines. Todo se soluciona con una prueba de contacto con el perro y analizar la reacción.
Todo se lo llevan a la boca
Por más que uno insista en que el perro o el niño no se lleven todo a la boca, es algo inevitable. Forma parte de su reconocimiento del entorno, pero se vuelve un problema de seguridad y de salud, ya que podrían ingerir cosas venenosas o peligrosas, además de sucias.
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