Una de las frases más acertadas, que se extrajo de una obra de psicología, es: “los hombres son de marte y las mujeres son de venus”. En diversos factores, el género masculino difiere radicalmente del femenino, especialmente en aspectos comunicativos. A veces, ellas pueden estar enviando mensajes directos en su forma de expresión corporal y pasan inadvertidas para los hombres. Por eso, aquí algunas “cosas que se deben saber de las mujeres”:
Hablarles de emociones
La mejor opción para solucionar algún conflicto con ellas, es ser muy acertado en la forma de comunicación. Les encanta que se les hable de sentimientos, lo cual suele ser muy complicado para la mayoría de los hombres. De tal modo que al pretender darle fin a un problema, se debe dividir la conversación en tres partes: 1. El conflicto como tal. 2. Los sentimientos que surgen con el mismo. 3. La solución que se propone.
Protección y no posesividad
Las mujeres aman sentirse protegidas, pero detestan que las tomen como objetos, propiedad de un individuo, ya que la reacción sería un rechazo rotundo. Pero sí les encanta percibir que las quieren y que están pendientes, aunque eso no significa acosarla con llamadas y mensajes cada cinco minutos.
Prestarles toda la atención
Sin importar lo que sea que quieran hablar, lo mejor es prestarles el máximo de atención a sus palabras, porque esto es una demostración de que ellas son importantes y tenidas en cuenta, así se trate de un tema trivial. Saber escuchar es todo un arte, y sobre todo a las mujeres. Los expertos aconsejan eliminar todas esas respuestas múltiples que genera la mente, mientras la otra persona se expresa, esperando la pausa que marca que se ha cedido la palabra. Algo que detestan las mujeres, es la actitud de sabiondez.
Se derriten por el lado emotivo masculino
Esto no quiere decir que hay que convertirse en un llorón o algo similar, sino trabajar la parte sensible y al mismo tiempo, demostrárselos en un perfecto equilibrio, teniendo en cuenta que a ellas no les agrada ni un hombre que no expresa absolutamente sus sentimientos, ni el polo opuesto que son quienes viven en lamentos por todo. Les gusta la sensación de protección, pero también que el hombre les pida ayuda de vez en cuando. Una paradoja.
No todos sus arranques son síntomas premenstruales
Casi siempre cuando su estado de ánimo cambia bruscamente, se asocia con el síndrome premenstrual. La realidad es que ellos han cometido algún error al expresarse y ellas prefieren callar, pero demostrarlo con esos estados psicológicos negativos. La cosa empeora si se les pregunta: “¿estás de mal humor?” y de ser así, la mayoría lo negarán, contestando por lo general algo así como: “¿por qué lo dices? ¿Hay algún motivo para estarlo?”.
Les fascina el romance
Ellas aman escuchar a diario que se les ama infinitamente, que se les desea y que tal amor es incondicional y consagrado. Obviamente influye mucho la manera de comunicárselo, pues no consiste en obsequiarles detalles, dulces o flores hasta el cansancio, sino manifestarle que se piensa en ella de formas recursivas.
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